RENOVADO – Diego Placente vive un nuevo capítulo de ilusión al frente de las selecciones juveniles argentinas. Tras la final perdida ante Marruecos en el Sudamericano Sub 20 de Chile, el técnico ya se enfoca en el Mundial Sub 17 de Qatar, donde buscará su primer título como entrenador y la revancha deportiva que se le escapó por muy poco.
El ex lateral izquierdo, campeón mundial juvenil en 1997 bajo el mando de José Pekerman, lleva años trabajando dentro del proyecto que Lionel Scaloni, Pablo Aimar y Bernardo Romeo construyeron en AFA. Su misión es clara: mantener la identidad futbolística que caracteriza a la Argentina, con un estilo de posesión, intensidad y talento, pero también con una fuerte formación humana para los jóvenes que representan al país.
La derrota en Chile dejó sensaciones encontradas. El equipo mostró personalidad y un gran nivel de juego, pero le faltó eficacia en la final. Aun así, Placente destacó la entrega de los chicos y remarcó que el grupo “dejó todo en la cancha” y que ese aprendizaje será clave para lo que viene. Ahora, el desafío es mayor: el Mundial Sub 17 en Qatar, donde Argentina buscará alcanzar un trofeo que se le viene negando desde hace años.
La AFA ya trabaja en la preparación, con amistosos internacionales previstos y una concentración previa en Ezeiza antes de viajar al Golfo Pérsico. Placente confía en mantener la base del equipo que compitió en Chile, sumando algunos nombres nuevos que vienen destacándose en las juveniles de clubes locales y europeos.
En su rol, el técnico representa mucho más que un entrenador: es un puente entre la nueva generación y los valores del fútbol argentino. Su historia personal —haber pasado por todas las categorías de la Selección y haberse formado en aquel exitoso ciclo de Pekerman— le da una autoridad natural y una mirada formativa que prioriza la evolución por sobre los resultados inmediatos.
Con la mente puesta en Qatar, Placente busca no solo ganar, sino consolidar una camada de jugadores que puedan ser el futuro de la Mayor, tal como ocurrió con Scaloni, Aimar y Samuel, que también fueron campeones juveniles antes de levantar la Copa del Mundo en 2022.
