El movimiento huti de Yemen, Ansar Allah -considerado por algunos paises un grupo terrorista- condeno a muerte a 17 personas por espionaje a favor de potencias extranjeras y sentencio a otras dos a diez anos de prision; uno de los acusados fue absuelto. El fallo fue anunciado por el Tribunal Penal Especializado de Sana, que esta bajo control de los insurgentes, a traves de la agencia Saba, vinculada al grupo.
La sentencia describe una red que, segun los jueces Yahya al Mansur y Rabie al Zubair, opero entre 2024 y 2025 con el apoyo de servicios de inteligencia de Estados Unidos, Israel, Reino Unido y Arabia Saudita. El tribunal senala el uso de dispositivos de comunicacion cifrada y la instalacion de camaras ocultas conectadas a sistemas de transmision en directo.
Segun el veredicto, los acusados facilitaron informacion sobre la ubicacion de dirigentes huties, sus desplazamientos y la situacion de posiciones militares sensibles. Tambien se les imputa haber divulgado datos sobre misiles, depositos de proyectiles y puntos de lanzamiento, y los jueces afirman que recibieron pagos en efectivo a cambio de esa informacion.
Ansar Allah mantiene un control firme sobre Sana y amplias zonas del norte de Yemen desde 2014. Durante este periodo, su aparato de seguridad ha denunciado repetidamente la existencia de supuestas redes de espionaje vinculadas a paises occidentales y a la coalicion liderada por Riad. Reuters informo en junio de 2024 que tribunales huties habian impuesto 44 penas de muerte en otro caso de espionaje relacionado con Arabia Saudita.
El sistema judicial bajo control huti suele ser objeto de criticas de organismos internacionales. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha registrado testimonios sobre detenciones arbitrarias, torturas y confesiones obtenidas bajo coaccion, y en 2019 pidio la revision de varias sentencias de muerte dictadas por tribunales huties, advirtiendo sobre <
El movimiento acusa con frecuencia a organizaciones internacionales de servir de cobertura para labores de inteligencia. En octubre de 2025 la ONU califico como <
Los gobiernos mencionados en la causa no ofrecieron comentarios inmediatos sobre la decision judicial. Washington, Londres y Riad suelen evitar declaraciones publicas sobre procesos en territorios sin reconocimiento internacional, mientras que Israel ha mantenido silencio sobre sus presuntas operaciones en Yemen pese a las crecientes tensiones.
El contexto militar anade presion al escenario interno. Desde 2023 los huties han intensificado ataques con drones y misiles, argumentando apoyo a la causa palestina, y se enfrentan de forma regular a bombardeos de la coalicion saudi y a ataques atribuidos ocasionalmente a Israel. Esta dinamica incrementa las acusaciones de espionaje y las medidas de seguridad internas.
El uso de ejecuciones publicas forma parte, segun diversas organizaciones, de la estrategia de control social aplicada por los huties. Informes de Human Rights Watch y Amnistia Internacional documentan un aumento de sentencias capitales en las zonas bajo su dominio desde el inicio de la guerra y ponen en duda la existencia de garantias procesales, alertando sobre el posible uso politico de las condenas.
La guerra civil en Yemen ha fragmentado el pais entre multiples centros de poder. Las condenas anunciadas en Sana evidencian el alcance del aparato de seguridad huti y su intencion de proyectar autoridad en medio de un conflicto que, segun Naciones Unidas, ha generado una de las peores crisis humanitarias del mundo.
