El avance de la inteligencia artificial (IA) ha provocado una transformación importante en el sector energético, impulsando inversiones sin precedentes en centros de datos y un aumento acelerado de la demanda eléctrica.
Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA), citado por MIT Technology Review, la demanda eléctrica global podría crecer alrededor de un 40% en la próxima década, con la IA y la expansión de centros de datos como factores determinantes.
Expansión de la demanda eléctrica y factores clave
El incremento de la demanda responde a múltiples factores, entre ellos el crecimiento demográfico y el desarrollo económico en distintas regiones. La IEA observa que, aunque en mercados avanzados como Estados Unidos y Europa la demanda eléctrica se mantuvo relativamente estable en la última década, la difusión de la IA y el aumento de centros de datos están invirtiendo esa tendencia y elevando el consumo.
Adicionalmente, el mayor acceso a sistemas de aire acondicionado en países en desarrollo y el aumento de las temperaturas globales podrían sumar cerca de 500 gigavatios a la demanda máxima mundial para 2035, lo que equivaldría a un incremento superior al 10% respecto a los niveles de 2024, según la IEA.
Inversiones récord en centros de datos y papel de la IA
El informe de la IEA indica que en 2025 la inversión global en centros de datos superará los 580.000 millones de dólares, una cifra que excede los aproximadamente 540.000 millones destinados al suministro mundial de petróleo. Esto refleja la creciente importancia de la infraestructura digital y el papel central de la IA en las nuevas inversiones.
Aunque son cifras elevadas, los centros de datos representarían menos del 10% del aumento proyectado en la demanda eléctrica mundial hasta 2035.
Sectores como la industria y los electrodomésticos —en particular los aires acondicionados— tendrán un impacto mayor en el consumo energético. Incluso el despliegue de vehículos eléctricos aportará más demanda a la red que los centros de datos.
Concentración geográfica y desafíos para las redes eléctricas
El efecto de la IA y los centros de datos sobre la demanda varía por región. En Estados Unidos, por ejemplo, la IEA estima que los centros de datos serán responsables de la mitad del crecimiento total de la demanda eléctrica hasta 2030.
Esta concentración genera desafíos específicos, ya que los centros de datos suelen ubicarse cerca de áreas urbanas, provocando presiones locales sobre las redes eléctricas y las comunidades adyacentes.
La mitad de la nueva capacidad de centros de datos en desarrollo se localiza en las proximidades de centros urbanos, lo que obliga a adaptar la infraestructura eléctrica para gestionar picos de demanda y mantener la estabilidad del suministro.
Evolución de las fuentes de energía: renovables, carbón y nuclear
Según la IEA, citada por MIT Technology Review, en la primera mitad de 2024 la energía solar y eólica se convirtieron en las principales fuentes de electricidad a nivel mundial, superando por primera vez al carbón.
Este cambio es un avance en la transición energética, pero las redes siguen dependiendo en gran medida de combustibles fósiles, por lo que el aumento del consumo eléctrico continúa asociado a emisiones de gases de efecto invernadero.
La IEA proyecta que el uso del carbón podría alcanzar su pico y empezar a descender antes de que finalice la década. Por su parte, la energía nuclear, tras dos décadas de estancamiento, podría aumentar su capacidad global en aproximadamente un tercio en los próximos diez años.
Asimismo, cerca del 80% del crecimiento esperado en la demanda eléctrica se concentrará en regiones con alta radiación solar, lo que favorecerá la expansión de la energía solar.
Perspectivas para la transición energética
A pesar del avance en la diversificación de fuentes y la integración de renovables, la IEA advierte que el ritmo de transformación del sistema energético mundial es insuficiente para limitar el calentamiento global. El organismo estima que las emisiones globales de gases de efecto invernadero alcanzarán un nuevo récord este año.
La Agencia Internacional de Energía subraya la urgencia de acelerar la transformación del sistema energético —tanto en la generación como en el consumo de electricidad— para evitar los impactos más severos del cambio climático.
