Un tribunal de Azerbaiyán ordenó este lunes prisión preventiva para el opositor Alí Karimli, líder del Frente Popular de Azerbaiyán, por un periodo que lo mantendrá detenido por más de dos meses; Karimli ha calificado el proceso de “persecución”.
El dirigente, de 60 años, fue arrestado el sábado durante un operativo de los servicios de seguridad en su domicilio y trasladado a custodia. Según el portal Qaynar Info, enfrenta cargos amparados en el artículo 278.1 del Código Penal, que tipifica los intentos de “hacerse con el poder de forma violenta y cambiar la estructura constitucional del Estado”. Karimli, al frente del partido desde 2000, niega las acusaciones de la Fiscalía, que le imputa participación en un presunto complot para provocar la caída del presidente Ilham Aliyev.
En un mensaje difundido en redes sociales, Karimli informó que su detención se prolongará hasta el 13 de febrero y señaló que su asesor, Mammad Ibrahim, fue arrestado en una redada paralela. Su partido denuncia una “persecución” política y exige la liberación inmediata de ambos.
Las autoridades no han ofrecido versión oficial sobre las detenciones. Medios cercanos al Gobierno relacionaron las medidas con una investigación penal contra Ramiz Mehdiyev, exjefe de la Administración Presidencial, quien en octubre fue señalado por presunto intento de usurpación del poder estatal, alta traición y blanqueo de capitales. Mehdiyev permanece bajo arresto domiciliario, si bien las autoridades no han confirmado públicamente los cargos.
Organizaciones de derechos humanos denuncian que en los últimos años Azerbaiyán ha intensificado la represión contra la disidencia y la libertad de expresión, afectando a periodistas, activistas y figuras políticas independientes.
Ilham Aliyev gobierna desde 2003, cuando sucedió a su padre, Heydar Aliyev, consolidando un prolongado control político. Sus primeros meses en el poder fueron complicados ante una oposición que esperaba desestabilizar a un mandatario joven tras la muerte de su padre en diciembre de ese mismo año; aun así, Aliyev logró mantener cohesionada a la élite gobernante y asegurar la lealtad de las fuerzas armadas, lo que le permitió contener rápidamente las protestas opositoras surgidas tras las elecciones.
Tanto Aliyev como su predecesor han sido acusados de reprimir a la oposición, y observadores internacionales consideran que las elecciones celebradas en Azerbaiyán desde su independencia en la década de 1990 no han sido plenamente libres ni justas.
(Con información de agencias)


