Gary Brecka afirma que la gratitud no es únicamente una cortesía social, sino un estado biológico capaz de disminuir el estrés y mejorar la resiliencia emocional.
Para Brecka, la gratitud excede el simple gesto amable: funciona como un “interruptor biológico” que puede ajustar la respuesta al estrés y fortalecer la capacidad emocional desde el interior. Como especialista en longevidad, sostiene que este estado mental tiene efectos observables en el organismo y modifica la manera en que el cuerpo afronta las presiones diarias.
Prácticas sencillas como llevar un diario de gratitud o expresar agradecimiento en el día a día activan neurotransmisores vinculados con la calma y el bienestar, según explicó Brecka al citar investigaciones recientes durante el Ultimate Human Podcast with Gary Brecka en YouTube. Cultivar gratitud de forma consciente puede reconfigurar la respuesta emocional, aportar mayor equilibrio mental y convertirse en una herramienta relevante para la salud integral.
La gratitud, insiste Brecka, puede integrarse en la vida cotidiana para mejorar el bienestar emocional, incluso en entornos laborales exigentes. “No es solo decir gracias: es un estado biológico que reduce hormonas del estrés, orienta el foco hacia el optimismo y refuerza la resiliencia emocional”, señala.
Advierte además que este hábito produce cambios detectables en el cerebro y en la regulación emocional: “Al dirigir la atención hacia lo que aprecias, se activan regiones relacionadas con la dopamina y la serotonina, neurotransmisores clave para la calma, la concentración y el bienestar”.
Respaldo científico de la gratitud
Las observaciones de Brecka se apoyan en evidencia científica. “Estudios recientes muestran que prácticas regulares de gratitud pueden reducir ansiedad y depresión, además de aumentar la satisfacción vital y el estado de ánimo general”, destaca.
Menciona, por ejemplo, una revisión publicada en el Einstein Journal que analizó múltiples ensayos clínicos y concluyó que la gratitud puede funcionar como complemento terapéutico en el tratamiento de la ansiedad y la depresión, además de potenciar emociones positivas en la población.
Brecka alude también a un metaanálisis de la Universidad de Pensilvania que revisó 44 investigaciones sobre gratitud y satisfacción con la vida. “Hallaron el mismo patrón repetidamente: quienes practican la gratitud con regularidad informan mayor satisfacción con la vida. Y lo interesante es que no se trataba solo de correlación”, comenta.
Los estudios longitudinales mostraron que la gratitud presente predice la satisfacción futura con la vida, y no al revés, subraya Brecka, indicando que la práctica sostenida de la gratitud se asocia con un bienestar más duradero.
El impacto de la gratitud en el trabajo
En el ámbito profesional, la gratitud también tiene efectos positivos. Brecka señala que una revisión en el Journal of Occupational Health encontró que las prácticas de gratitud entre empleados redujeron el estrés y los síntomas depresivos, especialmente cuando las listas de gratitud se mantenían con regularidad.
“La salud emocional y el desempeño laboral están estrechamente vinculados”, explica Brecka en el podcast.
Tres prácticas sencillas para cultivar la gratitud
Para incorporar la gratitud en la rutina diaria, Brecka recomienda tres prácticas sencillas respaldadas por la evidencia:
Journaling de gratitud: anota cada día tres cosas por las que te sientes agradecido y explica una razón para cada una. Según Brecka, este detalle emocional profundiza la experiencia y activa centros de recompensa vinculados a la dopamina y la serotonina. Practicado de forma consistente, entrena a la mente para identificar aspectos positivos cotidianos.Expresión verbal de gratitud: comunica tu agradecimiento a las personas que te han influido. Expresar aprecio puede aumentar la oxitocina, la hormona asociada a la confianza y la conexión social.Gratitud en el trabajo: inicia reuniones o sesiones reconociendo logros o agradeciendo la contribución de un colega. La evidencia sugiere que estas prácticas reducen el agotamiento y mejoran el compromiso del equipo.
La importancia de la constancia
La regularidad es clave para percibir los beneficios. “La constancia importa: los efectos positivos aparecen cuando la gratitud se practica de forma continuada, no esporádica”, señala Brecka, quien recomienda integrarla como parte de la rutina diaria.
Como ejercicio final, propone a los oyentes de su podcast en YouTube comenzar cada mañana durante una semana con un pensamiento de gratitud antes de mirar el teléfono. Brecka sostiene que este hábito simple puede reorientar la atención hacia lo positivo y favorecer el crecimiento personal.


