Un cabo de la Gendarmería Nacional abatió a balazos a Tiziano Montoya, un “chorrito” de 15 años que intentó robarle la moto en la que trabajaba realizando viajes por aplicación. La familia del óbito ahora busca vengarse del caco que lo secundaba por abandonarlo agónico.
“Esta rata dejó morir a mi hermanito, estabas a dos pasos de él y lo dejaste morir”, publicó horas después en redes el hermano del “chorizo” que ahora es recuerdo. Quería, parece, que el cómplice del finado se ponga delante de las balas, pero como todo cobarde, huyó y dejó desangrase al infortunado malhechor.


