1 de diciembre de 2025
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El oceano clave para el clima en la COP30 de Belem

El oceano cubre mas del 70% del planeta y sostiene procesos fisicos, quimicos y biologicos esenciales para la vida.

Aunque durante mucho tiempo el oceano tuvo un papel secundario en las negociaciones climaticas, la COP30 en Belem senalo un cambio: se reconocio de forma explicita que sin oceanos saludables no puede existir una regulacion climatica efectiva. En la conferencia se combino urgencia, evidencia cientifica y propuestas concretas de accion.

La humanidad se enfrenta a un punto critico porque el sistema marino ya muestra signos de estres por calentamiento, acidificacion, eutrofizacion y la masiva presencia de plasticos. La discusion dejo de centrarse en si el oceano seguira absorbiendo calor y dioxido de carbono y paso a cuestionar cuanto tiempo podra hacerlo antes de llegar a un punto de no retorno.

En ese contexto, Belem funciono como un espacio para debatir como incorporar el oceano en los planes climaticos nacionales. En Brasil se impulso con fuerza el llamado “Desafio NDC Azul”, una iniciativa para integrar soluciones marinas en las contribuciones nacionales.

La meta fue clara: que las estrategias de mitigacion y adaptacion incluyan medidas marinas ademas de acciones terrestres y energeticas. Entre las soluciones promovidas estan la restauracion costera, el ordenamiento espacial marino, la transicion a energias maritimas sostenibles y la proteccion activa de la biodiversidad oceanica.

Brasil ofrecio un ejemplo practico y simbolico. Su costa, de casi 7.500 kilometros, sufre erosion, contaminacion y presion industrial, pero tambien alberga ecosistemas clave como manglares y arrecifes.

Con la COP30 como plataforma, el pais avanzo en programas como ProManguezais y ProCoral y en la implementacion de un Planeamiento Espacial Marino nacional conforme a estandares internacionales. La incorporacion de la denominada Amazonia Azul en el Atlas Geografico Escolar del IBGE anadio un componente educativo para promover la comprension del valor estrategico del oceano.

Este nuevo enfoque coincidio con un avance internacional: el Tratado de Alta Mar (BBNJ), negociado durante anos, alcanzo las ratificaciones necesarias para entrar en vigor en enero de 2026.

El acuerdo abarca dos tercios del oceano mundial fuera de las jurisdicciones nacionales y establece un marco vinculante para conservar la biodiversidad en esas areas, crear zonas protegidas, exigir evaluaciones de impacto ambiental de grandes proyectos y repartir de manera equitativa los beneficios de los recursos geneticos marinos. Para muchos especialistas, el BBNJ supone la primera oportunidad real de gestionar el oceano como un sistema global.

El oceano como regulador climatico insustituible

En Belem los debates cientificos enfatizaron un dato central: los oceanos absorben aproximadamente el 90% del calor adicional del planeta y cerca de una cuarta parte del dioxido de carbono producido por actividades humanas. Sin un oceano sano, la regulacion climatica global se veria gravemente comprometida.

La funcionabilidad del oceano depende de su integridad biologica: cuando su estructura ecologica se debilita, se reduce su capacidad para absorber calor y regular el intercambio gaseoso. Incluso organismos microscopicos juegan roles cruciales en estos procesos.

La conservacion de ecosistemas costeros y marinos -manglares, dunas, marismas y arrecifes- sostiene funciones protectoras frente a tormentas, corrientes y la subida del nivel del mar, fenomenos que se intensifican con el cambio climatico. Por ello se destaco la necesidad de conservacion, proteccion y, cuando corresponda, restauracion.

Ademas, el oceano concentra cada vez mas actividades humanas -navegacion, pesca, turismo, biotecnologia, energia eolica offshore y mineria- que compiten por un espacio finito. En ese marco, el planeamiento espacial marino aparecio como una herramienta clave para ordenar usos economicos sin destruir ecosistemas.

La contaminacion plastica es una amenaza grave: segun el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el plastico constituye el 85% de los residuos marinos y podria triplicarse hacia 2040, alcanzando entre 23 y 37 millones de toneladas anuales, lo que equivaldria a unos 50 kilogramos por metro de costa a nivel mundial. Esa contaminacion ya altera cadenas troficas, degrada habitats y dispersa microplasticos en todas las profundidades, afectando procesos quimicos esenciales. Frente a esto, la COP30 subrayo la necesidad de aumentar la inversion en ciencia oceanica para comprender y anticipar estos cambios.

Cooperacion global y un nuevo frente de accion climatica

La COP30 tambien dio lugar a un movimiento diplomatico coordinado. Brasil y Francia anunciaron la creacion de una Fuerza de Tarea Oceanica destinada a acelerar la integracion de soluciones marinas en los planes climaticos nacionales.

Esta iniciativa amplio el alcance del Desafio NDC Azul y continuo la coalicion de 17 paises que ya se comprometieron a incorporar el oceano en sus estrategias climaticas, entre ellos Australia, Fiyi, Kenia, Mexico, Palaos, Seychelles, Chile, Madagascar y Reino Unido, ademas de Belgica, Camboya, Canada, Indonesia, Portugal y Singapur.

El mensaje politico fue consistente: la gobernanza oceanica exige cooperacion sostenida. El oceano no respeta fronteras, por lo que acuerdos como el BBNJ, que entrara en vigor en 2026, son fundamentales para establecer areas protegidas, exigir evaluaciones de impacto ambiental y asegurar un reparto equitativo de beneficios derivados de los recursos geneticos marinos. Ese marco apunta a un cambio cultural en la manera de percibir el oceano como un sistema unico.

Para muchos expertos, Brasil tiene potencial para convertirse en referente de una economia azul sostenible, combinando la proteccion de su gran bosque y su extenso oceano para liderar acciones contra la crisis climatica. Este enfoque subraya que el multilateralismo no es un ideal abstracto sino una necesidad practica: los oceanos estan conectados fisica y biologicamente, y la respuesta debe ser colectiva.

La adaptacion fue otro eje de la discusion. El aumento del nivel del mar, la mayor intensidad de ciclones y la alternancia de sequias y lluvias extremas son ejemplos visibles de un oceano alterado. Proteger ecosistemas que amortiguan estos impactos es esencial para reducir riesgos.

La conclusion fue clara y pragmatica: el costo de conservar el oceano es inferior al costo de no hacerlo. La inaccion se traduciria en perdidas humanas, destruccion de infraestructura y un deterioro general del bienestar. Cuidar el mar es una responsabilidad compartida porque es un bien comun de la humanidad.

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