El avance del juicio oral por la causa Cuadernos aportó nuevas precisiones sobre la presunta red de corrupción vinculada a la obra pública durante los gobiernos kirchneristas. Roberto Herrera, abogado de Víctor Manzanares —excontador de la familia Kirchner— señaló que los testimonios de arrepentidos coinciden al situar a Cristina Kirchner como destinataria final de las coimas reunidas entre empresarios y funcionarios.
Herrera afirmó que el mecanismo investigado quedó en evidencia en la quinta audiencia del debate, donde se revisaron las declaraciones de arrepentidos y testigos, entre ellos exfuncionarios y empresarios de la construcción. Indicó que la mayoría de los relatos coinciden entre sí, formando un conjunto coherente de pruebas. Mencionó además el testimonio de Manzanares sobre Daniel Muñoz y la forma en que el dinero llegaba a Río Gallegos y entraba en la casa de los padres de Néstor Kirchner.
Según la reconstrucción presentada por la defensa, Daniel Muñoz, secretario privado de los Kirchner, viajaba con frecuencia a Río Gallegos con dinero en efectivo. Herrera detalló que esos viajes eran mayormente los viernes, que Manzanares lo recogía en el aeropuerto y que llevaban una valija con dinero a la casa de los padres del expresidente. Señaló que Muñoz entraba solo y luego salía con un bolso que podía contener entre dos y tres millones de dólares, según la recaudación semanal. Parte de esos fondos quedaban como comisión para Muñoz y el resto permanecía en la residencia familiar.
Para darle apariencia legal a esos recursos, explicó Herrera, se recurría a negocios, sociedades y compras de propiedades en el país y en el exterior. Un movimiento destacado fue la adquisición de la empresa francesa SANUP por 34 millones de dólares, operación que, según el abogado, no había sido detectada por la Justicia hasta que Manzanares la relató como arrepentido. Herrera sostuvo que Manzanares gestionó la operación a pedido de Muñoz y que éste aprobó la compra.
La declaración de Carolina Pochetti, viuda de Muñoz, también reforzó esa línea de investigación, según Herrera. Pochetti habría señalado que Muñoz no podía ocultar la cantidad de bienes que compraba y que le decía que su “jefe” quería que todo se invirtiera en ladrillos, es decir, en inmuebles.
Respecto del alcance de la maniobra, el abogado consideró que la magnitud del dinero movilizado dejó múltiples activos y responsables fuera del radar judicial. Respondiendo a la posibilidad de empresas, intermediarios o testaferros no identificados, afirmó que es casi imposible que no queden sujetos no detectados, dada la cantidad de recursos que se manejaban.
En ese mismo sentido, Herrera señaló que probablemente existan bienes y activos no declarados en manos de terceros: hay personas y operaciones ya en el radar judicial, pero también otras todavía sin identificar debido a la complejidad y el volumen de las maniobras.
El circuito de blanqueo y las inversiones incluyó además movimientos offshore y cuentas en el exterior. Herrera confirmó que su cliente conocía algunas operaciones internacionales de Muñoz, quien realizó inversiones junto con su viuda en Estados Unidos y en destinos como Turks and Caicos y Miami. Según el abogado, solo en Estados Unidos habría inversiones por más de setenta millones de dólares. La investigación de los Panamá Papers reveló sociedades y transferencias ligadas a estas maniobras, lo que reactivó causas que avanzaban con lentitud en la jurisdicción local.
Herrera precisó que Manzanares tenía una visión limitada del circuito: no manejaba las propiedades compradas en Estados Unidos, que estaban a cargo de otras personas, ni todas las operaciones en Buenos Aires, que también tenían otros operadores. Consultado sobre si el excontador conocía el origen exacto de los fondos que Muñoz movía en el exterior, el letrado dijo que Manzanares no sabía si ese dinero era íntegramente de Muñoz o si también pertenecía a Néstor Kirchner; lo que afirmaba era que la plata la traía Muñoz y se la entregaba él mismo.
Finalmente, Herrera remarcó que varias inversiones e inmuebles, en particular los adquiridos en el exterior, nunca llegaron a ser detectados por la investigación. Estimó que aún falta por conocer una parte importante de esos bienes y destacó, para ilustrar la escala de los recursos, la existencia declarada de depósitos en Estados Unidos con grandes cantidades de dinero en efectivo.
El debate oral por la causa Cuadernos continúa incorporando testimonios y pruebas sobre la presunta recaudación ilegal y el blanqueo de capitales, mientras la Justicia busca reconstruir la ruta del dinero desviado y determinar las responsabilidades de los principales acusados, entre ellos la expresidenta Cristina Kirchner.


