El presidente Emmanuel Macron pidió el jueves en Pekín que Xi Jinping use la influencia de China para promover un alto el fuego en Ucrania, al inicio de una reunión centrada en la guerra, la seguridad europea y el creciente desequilibrio comercial entre Francia y la segunda economía mundial.
Macron calificó el conflicto en Ucrania como la prioridad estratégica de su visita y dijo a Xi que ambos países deben superar sus diferencias para contribuir a la estabilidad en Europa. Subrayó la necesidad de avanzar “hacia la paz y la estabilidad en el mundo, y en Ucrania y otras regiones afectadas por la guerra” y advirtió que la guerra representa una amenaza crucial para la seguridad europea y el orden internacional basado en el Estado de derecho.
Xi respondió proyectando disposición al diálogo: dijo que China apoya todos los esfuerzos orientados a la paz y espera que las partes alcancen “un acuerdo justo, duradero y vinculante” mediante la negociación. El líder chino defendió además la necesidad de relaciones más estables entre ambas naciones.
Desde la presidencia francesa señalaron que Macron transmitió a Xi la demanda de que China se abstenga de suministrar componentes o prestar apoyos que puedan reforzar la capacidad militar rusa.
La visita se produce pocos días después de la presencia de Volodímir Zelenski en París. Tras su encuentro con Macron, Zelenski afirmó en redes sociales que comparten la visión de que la guerra debe terminar de manera justa y pidió a Europa mantener su respaldo a Kiev mientras Estados Unidos impulsa una propuesta para cerrar el conflicto.
China volvió a declarar su respeto por la integridad territorial de los Estados, aunque evitó condenar la invasión rusa iniciada en 2022. Gobiernos occidentales acusan a Pekín de sostener indirectamente la ofensiva rusa mediante suministros para su industria de defensa; el llamado de Macron busca frenar esa dinámica mientras plantea una vía diplomática alternativa a la respaldada por Washington.
Además de la cuestión ucraniana, Macron abordó el deterioro del equilibrio comercial con China: el déficit francés alcanzó 46.000 millones de euros en 2024, y la Unión Europea enfrenta un desbalance aún mayor con China, estimado en 357.000 millones de dólares. Un asesor presidencial señaló la necesidad de que China consuma más y exporte menos, y de que los europeos ahorren menos y produzcan más.
Macron exigió reglas internacionales más “equilibradas y justas” en la gobernanza económica y pidió condiciones comerciales simétricas. Expresó preocupación por la dependencia europea de tecnologías chinas y recordó su advertencia de que la UE no debe convertirse en un “vasallo” de grandes empresas tecnológicas, ni de China ni de Estados Unidos.
Macron y su esposa Brigitte recibieron en el Gran Salón del Pueblo un amplio protocolo ceremonial, con alfombra roja, guardia de honor y niños con banderas; Xi y la primera dama Peng Liyuan encabezaron la recepción.
La agenda incluye un encuentro con el primer ministro Li Qiang y una escala en Chengdú, donde Francia busca renovar la cooperación en la protección de pandas gigantes. Xi confirmó un nuevo acuerdo y comentó que “el pueblo francés ama a los pandas gigantes”, anunciando una nueva ronda de cooperación en su conservación.
La visita es la cuarta de Macron a China desde que llegó al Elíseo. En su anterior viaje recibió un cálido recibimiento en Cantón por parte de estudiantes que solicitaron fotos y saludos, un gesto que evidenció el interés de ambas capitales en mantener vínculos estables pese a desacuerdos estratégicos.
(Con información de AFP)
