Josh Brolin reconoció que su vida pudo haber tomado otro rumbo. “No debería haber llegado al punto en el que terminé. Y eso no significa éxito; solo significa supervivencia”, dijo en una entrevista con The Independent al repasar un pasado marcado por la adicción, la violencia y una relación compleja con la fama.
A sus 57 años, asegura estar en una etapa de estabilidad personal y profesional y celebra su participación en Wake Up Dead Man: A Knives Out Mystery, la nueva entrega de la franquicia de Rian Johnson.
Fama, actuación y el peso de las redes sociales
Brolin se muestra escéptico respecto a la fama y la cultura de celebridad. Asegura no tener una relación con la fama y afirma llevar “una vida normal”. Según él, la presencia constante de las redes sociales ha transformado la manera en que los actores se perciben a sí mismos, eliminando el respiro que antes ofrecía la carrera profesional, cuando los intérpretes podían aparecer en una película cada cierto tiempo sin la presión de la exposición digital permanente.
Para Brolin, actuar es una habilidad que se pule con la práctica más que un arte sublime. Señala que si un actor no comparte la condición humana que pretende representar, la credibilidad se pierde y la actuación se vuelve mera exhibición de fama. Observa también que, aunque las nuevas generaciones de actores (como Jacob Elordi o Timothée Chalamet) remiten a otra época, la fama suele alcanzarlos igualmente.
Monseñor Wicks y la transformación en “Wake Up Dead Man”
En Wake Up Dead Man: A Knives Out Mystery, Brolin interpreta al autoritario Monseñor Jefferson Wicks, un predicador con retórica hostil en una comunidad del norte del estado de Nueva York.
Describe el rodaje como “un gran laberinto” que lo condujo a situaciones inesperadas, algo que valoró positivamente. Aunque algunos rasgos del personaje remiten a figuras públicas como Donald Trump, Brolin aclara que no lo usó como inspiración directa; admite, no obstante, que una vez que Wicks alcanza poder “no hay límites”. Sobre su vínculo con Trump, dijo no temerle y rememoró que lo conoció cuando era una persona distinta antes de la presidencia.
Vínculos en el set y respeto por colegas
En el rodaje compartió escenas con Glenn Close, Imogen Poots y Josh O’Connor. Sobre O’Connor, que interpreta a Jud Duplenticy, boxeador convertido en sacerdote, lo definió como “una persona estupenda y un actor excepcional”.
Brolin valoró la actitud colaborativa de sus compañeros y señaló que la trayectoria profesional cambia la aproximación al oficio: al madurar, el actor perfecciona técnicas y aprende a integrarse sin imponerse. Imogen Poots lo describió como un gran narrador, travieso y peligroso; él, por su parte, dijo haber aprendido a evitar artificios excesivos y a confiar más en la contención y el trabajo interno del personaje.
Infancia, familia y el peso de la adicción
Creció en Paso Robles, California, con su madre Jane Cameron Agee, activista por la vida silvestre que tuvo problemas con el alcohol. Brolin recuerda una infancia caótica y relata situaciones de responsabilidad temprana que considera impropias para un niño.
En la adolescencia tuvo episodios de consumo de drogas y formó parte de los Cito Rats, una pandilla de Montecito. Relata que, del grupo original, muchos murieron y otros estuvieron en la cárcel, incluido él. Durante décadas luchó con el alcoholismo; tras un suceso en Santa Mónica y la muerte de su abuela buscó ayuda y asistió a Alcohólicos Anónimos.
Atribuye parte de su tendencia autodestructiva tanto a la genética como al entorno: “Nací para beber”, dijo, refiriéndose a la similitud con el consumo de su madre. Al mismo tiempo, reconoce que esas mismas circunstancias le dieron la fortaleza necesaria para intentar cambiar.
Trayectoria, éxitos y equilibrio
Debutó a los 16 años en Los Goonies y desde entonces ha tenido una carrera con altibajos. Ha dicho que al principio resulta gratificante que una película sea bien recibida, pero que la falta de proyectos posteriores puede convertirse en una carga. Con el tiempo logró consolidarse con papeles en American Gangster, No Country for Old Men y Milk, que le valió una nominación al Oscar.
Su trabajo como Thanos en el universo Marvel le ofreció libertad creativa y la posibilidad de confiar en la imaginación. Al repasar su trayectoria, se muestra agradecido por haber superado sus problemas personales y por haber alcanzado una estabilidad que valora: “Soy uno de los afortunados”, concluyó.


