Jorge Reta recuerda con detalle aquella reunion en el hotel Panorama de Pale: una mesa baja, cuatro sillas, el general frances Philippe Morillon a su lado y, frente a ellos, Ratko Mladic, comandante de las fuerzas serbobosnias. Reta, brigadier retirado de la Fuerza Aerea Argentina, hoy legislador de 72 anos, describe la mirada de Mladic como fria y, al hablar de la guerra, cargada de odio y deseos de venganza.
Entre marzo de 1992 y enero de 1993, Reta formo parte de la mision de cascos azules de la ONU en Sarajevo y se encontro negociando directamente con quienes mas tarde serian senalados como responsables del genocidio bosnio. Tras conocerse que la Fiscalia de Milan investiga a ciudadanos italianos por supuestos “safaris humanos” durante el asedio -pagos para disparar a civiles desde las colinas-, Reta declaro que no descarta esa posibilidad.
Durante los diez meses que permanecio en Sarajevo, cuando el asedio apenas comenzaba su largo periodo de 1.425 dias, Reta no oyo referencias directas a esas cacerias, pero si conocio el costo que suponia la muerte: el y otros cascos azules y periodistas eran objeto de amenazas y se rumoraba que sus cabezas tenian precio. “Era informacion de inteligencia que difundian para amedrentarnos”, senala.
La investigacion del fiscal Alessandro Gobbis apunta a occidentales adinerados que, segun testimonios recogidos por el periodista Ezio Gavazzeni, habrian pagado entre 80.000 y 100.000 euros actuales para actuar como francotiradores temporales. El expediente menciona ademas una tarifa mayor para matar a un nino y alude a individuos del norte de Italia que, supuestamente, habrian viajado via Belgrado hasta Pale para participar en estas acciones.
Dinero y morbosidad
Era posible que civiles occidentales accedieran a posiciones de francotiradores? Reta, que realizo alrededor de 15 viajes a Pale para negociar con Mladic y el lider politico Radovan Karadzic, considera factible esa posibilidad. Explica que los serbios necesitaban recursos economicos y que la combinacion de dinero y una inclinacion perversa por la violencia pudo facilitar este tipo de practicas.
Describe Sarajevo como una ciudad fragmentada en barrios etnicos contiguos, con edificios separados apenas por calles, lo que habria permitido a tiradores ubicarse en edificios de zonas controladas por los serbobosnios. Anade que no todos los combatientes vestian uniforme, por lo que civiles armados podian pasar desapercibidos.
Los francotiradores serbobosnios actuaban sin discriminar por edad o sexo: cualquier persona de origen bosnio en movimiento podia ser un blanco. Ademas, cada dia caian en Sarajevo unas 5.000 proyectiles, la mayoria durante la noche, dirigidos en gran medida contra la poblacion civil.
“Jamas imagine que estaria frente a criminales de guerra”
Las reuniones en Pale seguian un patron: Morillon y Reta en un lado de la mesa; Karadzic, psiquiatra de formacion, y Mladic en el otro. Reta confiesa que nunca penso que estaria ante dos personas que luego serian condenadas por genocidio y otros crimenes de lesa humanidad, incluidos los asesinatos masivos en Srebrenica.
Lo que mas le llamo la atencion fue la dualidad de Mladic: capaz de mantener conversaciones sobre historia o arte de forma normal, pero que cambiaba radicalmente al abordar temas relacionados con la guerra. Un medico britanico que evaluo la salud mental de las tropas advirtio sobre esa mirada perturbadora. Preguntado sobre si Karadzic y Mladic podrian haber permitido o organizado safaris humanos, Reta responde con contundencia que si, y subraya la importancia de una investigacion exhaustiva.
En la linea de fuego
Reta tambien vivio el peligro directo de los francotiradores. Se desplazaba en vehiculos blindados a alta velocidad para reducir el riesgo de ser alcanzado. El 7 de enero de 1993, su blindado colisiono con otro vehiculo de la ONU mientras esquivaba disparos; resulto gravemente herido y fue evacuado a Zagreb y luego a Paris para ser operado.
Reta relativiza su experiencia frente a la magnitud de la tragedia: segun sus cifras, unas 10.000 personas murieron durante el asedio de Sarajevo. Rememora una ciudad sin electricidad, agua ni gas, donde los civiles exponian sus vidas para conseguir agua del rio contaminado y las calles quedaron llenas de tumbas por la falta de espacio.
Documentos citados en el expediente de la Fiscalia de Milan indican que en 1994 los servicios secretos bosnios informaron al SISMI italiano sobre la existencia de estos safaris. Italia respondio que se habian “interrumpido”, pero no proporciono nombres ni hubo detenciones conocidas. La investigacion actual busca archivos de inteligencia que puedan identificar a los responsables.
Los sospechosos son investigados por homicidio voluntario multiple con agravantes de crueldad y motivos abyectos, un delito sin prescripcion en la legislacion italiana. Para Reta, la busqueda de la verdad no tiene plazo: aunque pasen decadas, es necesario llegar a la verdad y ofrecer, en la medida de lo posible, una reparacion para las victimas y prevenir la repeticion de estos crimenes.


