1 de diciembre de 2025
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EE. UU. acusa a China de manipular precios del litio: impacto en Argentina

Un informe de una Comisión Bicameral del Congreso de Estados Unidos sobre la “competencia estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista de China” (PCCh) concluye que China manipula los precios de minerales para preservar su posición dominante en el mercado global y presionar a otros países.

El 19 de noviembre, la comisión, compuesta por seis legisladores republicanos y seis demócratas —uno de los pocos temas con consenso bipartidista— publicó una investigación sobre las políticas y prácticas que el gobierno chino y el PCCh implementan para sostener ese dominio.

El informe examina tres casos principales: carbón; elementos de tierras raras; y litio. En este último, proyecta que Argentina será en 2030 el tercer país del mundo en capacidad de refinación medida en carbonato de litio equivalente, una métrica del sector.

China es hoy el mayor consumidor de ciertos minerales, lo que dificulta el descubrimiento transparente de precios por parte de Estados Unidos y sus aliados, según la comisión.

El informe usa el caso del carbón para ilustrar la interacción entre productores locales y los niveles superiores del régimen chino; las tierras raras para mostrar su importancia en tecnología avanzada y defensa; y el litio para detallar cómo China, pese a disponer de recursos internos limitados, ha adquirido fuentes extranjeras y recurrido a la manipulación de precios —incluyendo, afirma la investigación, prácticas irregulares en bolsas de metales— para mantener precios artificialmente bajos y obstaculizar competidores.

Compra de activos externos

En los últimos años, el documento sostiene, China apoyó con decenas de miles de millones de dólares a sus “campeones mineros”, mediante subsidios y créditos a bajo costo para facilitar compras masivas de activos en el exterior; la cifra citada por la comisión es de alrededor de 57.000 millones de dólares en ayudas.

“Combinado con estas masivas inversiones en fuentes de provisión, China representa hoy el más grande consumidor de minerales, volviendo el ‘descubrimiento de precios’ por parte de EEUU y sus aliados casi imposible”, expresan los autores del informe, encabezados por los congresistas John Molenaar y Raja Krishnamoorthi.

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La estrategia para controlar las tierras raras se remonta a la década de 1990, cuando China declaró estratégicos esos 17 elementos (itrio, escandio y 15 lantánidos) y comenzó a adquirir activos y a intervenir en los precios. El informe recoge ejemplos concretos, entre ellos una compra de 1995: Beijing San Huan New Materials y China Nonferrous Metal Import & Export Co, junto a Sextant Group, adquirieron Magnequench, subsidiaria de General Motors en Indiana. Aunque el acuerdo exigía operar la planta por cinco años, esta cerró un día después de cumplido ese plazo y la producción se trasladó a China.

Operaciones de este tipo y políticas de precios favorecedoras llevaron en 2010 a que China concentrara el 90% del procesamiento mundial de tierras raras, consolidando una posición de facto monopólica que utilizó, por ejemplo, para penalizar a Japón en 2010 tras un incidente diplomático, restringiendo el suministro y afectando industrias clave.

El caso del litio

El litio presenta una dinámica análoga pero con diferencias: China tiene menor abundancia de recurso propio en las etapas iniciales de la cadena, por lo que adquirió activos internacionales y expandió su capacidad de procesamiento para dominar los eslabones intermedios y finales.

En mayo de 2017, el PCCh incluyó el litio en su lista de “minerales estratégicos” del decimotercer Plan Quinquenal, tras lo cual se intensificó una corriente de compras y acuerdos internacionales. A modo de síntesis, la investigación enumera una serie de adquisiciones y proyectos relevantes:

En mayo de 2018, Tianqi Lithium anunció la compra de más del 20% de Sociedad Química y Minera (SQM) de Chile por 4.000 millones de dólares. En agosto de ese año, Ganfeng Lithium comunicó su proyecto en Cauchari-Olaroz, Jujuy (Argentina). En noviembre de 2020, el Consejo de Estado chino presentó un nuevo plan de desarrollo de vehículos eléctricos e instó a adquirir más activos litíferos. En mayo de 2021, Ganfeng anunció la compra de Bacanora Lithium en México; en junio firmó con Firefinch para desarrollar Goulamina en Mali; y en julio ofertó 353 millones de dólares por Millennial Lithium en Canadá. En octubre de 2021, Zijin Mining —descripta por el informe como empresa vinculada al Estado— compró Neo Lithium (Canadá) y accedió a otros activos sudamericanos. En noviembre, Chengxin Lithium adquirió el 51% de Max Mind, fondo de Hong Kong con derechos en Sabi Star en Zimbabue; y en diciembre Zhejiang Huayou Cobalt adquirió el 87% de Arcadia Lithium en Zimbabue por 370 millones de dólares.

En marzo de 2022, con el lanzamiento del decimocuarto Plan Quinquenal, el PCCh reiteró la prioridad sobre el litio y ordenó concentrar esfuerzos en la extracción de salmueras, lo que desató una nueva ola de compras:

Al mes siguiente, Zijin compró el 70% del proyecto Lakkor Tso en el Tíbet. Sinomine adquirió el proyecto Bikita en Zimbabue. En 2023, BYD, el mayor fabricante chino de autos eléctricos, compró derechos en el “Valle del Litio” en Brasil. En octubre de 2023, Zijin acordó una empresa conjunta con Cominiere, estatal de la República Democrática del Congo, para desarrollar Manono Northeast. En septiembre de 2024, China Minmetals anunció un joint venture por 1.400 millones de dólares para desarrollar proyectos de litio.

Según la comisión, estas adquisiciones llevaron a que China controlara la extracción y especialmente la refinación y procesamiento del litio a escala global, y la Agencia Internacional de la Energía proyecta que ese predominio persistirá hasta 2030.

No es casual: el informe señala que Tianqi tiene indirectamente el 26% de la mina australiana Greenbushes y que Ganfeng controla el 65% de Goulamina en Mali, dos de las mayores operaciones del mundo, lo que implica que China posee o controla cuatro de las cinco mayores minas de litio.

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Si se consideran las ocho operaciones más grandes, el informe apunta que algunas quedan fuera del control chino: Atacama (Chile) y Fénix (Argentina), esta última adquirida en 2024 por Rio Tinto. No obstante, China logró dominar el upstream y entre el 60% y el 80% de la refinación global, lo que le permitió ejercer prácticas que la comisión califica de monopolísticas, ejemplificadas por la fuerte subida y posterior desplome del precio del litio a fines de 2022.

Manipulación de precios

Con los precios al alza, ya en 2021 varias agencias chinas habrían intentado coordinar acciones para contener la escalada del precio del litio y frenar la aparición de proveedores occidentales. En marzo de 2022, elementos clave del gobierno, incluido el área de Precios de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC), pidieron a la cadena productiva “coordinar oferta y demanda” para detener la subida.

Inicialmente los precios globales cayeron, pero en agosto de 2022 una orden de suspensión de producción en la provincia de Sichuan, motivada por una crisis eléctrica asociada a sequías, disparó el precio del carbonato de litio hasta niveles cercanos a 80.000 dólares por tonelada. Ese pico coincidió con una fuerte atención pública en Argentina sobre el litio y propuestas políticas en la región.

En septiembre de 2022, la NDRC emitió una instrucción enérgica para reducir los precios a un nivel próximo a los costos fijos. Tras esa intervención y otras medidas, los precios mundiales del litio cayeron y hacia fines de 2023 tenían una caída acumulada del orden del 75%.

La comisión afirma que, como resultado, muchas minas de litio en China operaron con pérdidas durante ese periodo con el objetivo de “inundar” los mercados y provocar una caída de precios. Dado que la demanda china siguió creciendo mientras los precios se deprimían, el informe considera que esto constituye una manipulación deliberada.

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Entre las consecuencias prácticas, la comisión señala que empresas como Albemarle, el mayor productor de litio de Estados Unidos, Silbanye Stillwater y Rhyolite Ridge cancelaron proyectos de carbonato; Piedmont Lithium suspendió un proyecto de hidróxido de litio en Tennessee. El informe responsabiliza al PCCh por estas prácticas y también menciona que, el 9 de octubre pasado, China implantó un nuevo régimen de licencias para baterías de litio y ciertos equipos relacionados, con el fin de mantener control sobre la cadena de valor.

Posible impacto local

La investigación y las acusaciones de la comisión podrían influir en la relación entre Argentina y China, especialmente en el contexto del alineamiento anunciado del gobierno argentino con Estados Unidos y del acuerdo comercial que ambos países están negociando.

China y Estados Unidos son los dos principales socios comerciales de Argentina, con perfiles diferentes: en los primeros diez meses de 2025, Argentina registró un déficit de 7.266 millones de dólares con China y un superávit de 748 millones con Estados Unidos. En 2024, Argentina firmó un acuerdo de cooperación sobre “minerales críticos” con Estados Unidos, en cuya presentación autoridades estadounidenses criticaron las prácticas comerciales chinas.

Argentina producirá unas 130.000 a 140.000 toneladas de carbonato de litio este año y, de acuerdo con el informe del Congreso, hacia 2030 será el tercer país del mundo en refinación, detrás de China y Chile.

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China tiene presencia significativa en proyectos de litio en Argentina. Empresas citadas en el informe operan o desarrollan iniciativas locales: Zijin Mining lidera el proyecto Tres Quebradas en Catamarca; Ganfeng participa en Cauchari-Olaroz (Jujuy) y en Marianas (Salta), y recibió recientemente la aprobación provincial para la Declaración de Impacto Ambiental del ambicioso proyecto Pozuelos–Pastos Grandes–Sal de la Puna, que, con una inversión estimada cercana a 2.000 millones de dólares, busca ingresar al Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI).

El gobierno nacional rechazó los beneficios del RIGI para el proyecto Marianas por no considerarlo una inversión nueva. En Pozuelos–Pastos Grandes, Ganfeng (67%) está asociada a Lithium Argentina (33%). Los socios esperan obtener incentivos, sosteniendo que el rechazo anterior respondió a motivos técnicos.

La estructura societaria ha cambiado por divisiones corporativas: en octubre de 2023, Lithium Argentina quedó separada de Lithium Americas, que se concentra en Thacker Pass (Nevada), el mayor proyecto de litio en desarrollo en Estados Unidos.

En la presentación del informe, el primer testimonio privado fue el de Jonathan Evans, CEO de Lithium Americas, empresa asociada en Thacker Pass con General Motors. Lithium Americas recibió 453 millones de dólares de un préstamo del Departamento de Energía por un total comprometido de 2.230 millones para reforzar la provisión de litio en EE. UU. Evans afirmó que las políticas de Beijing han limitado el desarrollo de una oferta transparente e independiente y que el PCCh apoya activamente las compras de activos en el extranjero, un patrón observable en África, Australia y América Latina.

Evans añadió que, en ocasiones, las empresas chinas estructuran operaciones externas para producir bienes intermedios que requieren procesamiento adicional en China, en lugar de suministrar productos finales para uso directo.

En los próximos meses será relevante observar cómo el gobierno argentino, al evaluar proyectos como el megaproyecto de Ganfeng, equilibra su relación política con Estados Unidos y la presencia económica china en la producción local de litio.

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