La profilaxis preexposición (PrEP) y la profilaxis postexposición (PEP) son intervenciones que emplean fármacos antirretrovirales para prevenir la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
La PrEP se utiliza antes de una posible exposición al virus, mientras que la PEP se administra después de una situación de riesgo. Ambas estrategias persiguen impedir que el VIH se establezca en el organismo.
Con motivo del Día Mundial del Sida, que se celebra cada 1 de diciembre desde 1988 con el apoyo de las Naciones Unidas, un panel de expertos publicó una guía con recomendaciones y 10 directrices prácticas destinadas a facilitar el acceso a PrEP y PEP en adolescentes y adultos en riesgo.
La guía se difundió en la revista Canadian Medical Association Journal. Según el último informe de Onusida, actualmente viven 40,8 millones de personas con VIH en el mundo; en 2024 se registraron 1,3 millones de nuevas infecciones y 9,2 millones de personas aún no acceden al tratamiento antirretroviral.
Nuevas formas de prevenir el VIH
La guía busca promover una prevención más amplia, accesible y adaptada a las necesidades individuales.
La coordinación estuvo a cargo de Darrell H.S. Tan, infectólogo de St. Michael’s Hospital, en colaboración con el Instituto Canadiense de Investigación en Salud y la Red Pan-Canadiense para Ensayos Clínicos sobre VIH.
El objetivo es disminuir las nuevas infecciones mediante prevención combinada y acceso temprano a la profilaxis farmacológica.
Se propone eliminar barreras administrativas y sociales para que las personas que puedan beneficiarse de PrEP o PEP accedan a ellas con rapidez y sin requisitos innecesarios.
La guía fue diseñada como una referencia clara tanto para profesionales de la salud como para el público que busca información verificada.
Las 10 directrices prácticas
Los autores de la publicación compartieron estas buenas prácticas:
Ofrecer consejería sobre PrEP y PEP a todas las personas sexualmente activas, incluidos adolescentes y personas que usan drogas inyectables, con información positiva y comprensible.Permitir la prescripción de PrEP a cualquier adulto o adolescente que la solicite, sin exigir evaluaciones de riesgo restrictivas.Evaluar el riesgo de exposición al VIH en cada consulta y proponer PrEP a quienes puedan beneficiarse.Si la asignación sexual o la identidad de género no están claras, basar la indicación en la anatomía y la situación clínica del paciente y de sus parejas.Indicar PEP únicamente tras exposiciones con riesgo real de transmisión y cuando la fuente pueda ser infecciosa.Realizar una prueba de VIH antes de iniciar PEP, pero no retrasar el tratamiento mientras se obtienen resultados.No prescribir PEP si la persona fuente es VIH negativa, si el estatus de la población general es desconocido o si la persona con VIH tiene carga viral indetectable; en esos casos la PEP no está indicada.En situaciones de incertidumbre, tomar la decisión junto con el paciente y asegurar que el acceso a la terapia no se demore.Comenzar PEP de inmediato después de la exposición y mantenerla durante 28 días.Involucrar a autoridades sanitarias, organizaciones comunitarias y sociedades científicas para promover, supervisar y facilitar el acceso a PrEP y PEP.
Los expertos también especificaron que los fármacos recomendados como PrEP son:
Tenofovir disoproxil fumarato/emtricitabina: esquema diario en comprimidos, opción preferida para la mayoría de las personas VIH negativas.Tenofovir alafenamida/emtricitabina: alternativa en situaciones específicas, por ejemplo en personas con afectación renal o problemas de densidad ósea.Cabotegravir de acción prolongada: inyección intramuscular cada dos meses; la guía recomienda CAB-LA 600 mg como una opción de PrEP.
En tanto, los medicamentos sugeridos para PEP son:
Bictegravir/tenofovir alafenamida/emtricitabinaDolutegravir más tenofovir disoproxil fumarato/emtricitabina
Ambos regímenes deben iniciarse lo antes posible tras la exposición (máximo 72 horas) y continuarse durante 28 días.
Estos fármacos han demostrado eficacia y seguridad para la prevención del VIH en personas con distintos perfiles y necesidades, según las recomendaciones actualizadas de la guía.
La mirada desde América Latina
En diálogo con Infobae, el médico Marcelo Losso —jefe de la sección de enfermedades emergentes e investigador principal de la Unidad de Investigación del Hospital Ramos Mejía y profesor de farmacología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires— comentó la publicación canadiense.
“La nueva guía canadiense actualiza la recomendación de ofrecer PrEP, alineándose con posturas previas de organismos de países de ingresos altos, como los CDC de Estados Unidos y la Asociación Británica de VIH. En contraste, la OMS mantiene la recomendación dirigida a personas con mayor riesgo”, señaló Losso.
El especialista subrayó que la guía amplía la oferta de PrEP a todos los adolescentes y adultos que la soliciten, independientemente del resultado de una evaluación de riesgo individual.
La efectividad poblacional de la PrEP —es decir, su capacidad para reducir nuevos casos— depende de que una proporción significativa de las personas que la necesitan acceda a ella.
“Hoy, solo una fracción de quienes deberían recibir PrEP la están recibiendo. Esta brecha es global y se explica en gran parte por las dificultades para implementar medidas preventivas en población sana”, remarcó Losso.
Agregó que la implementación implica incorporar al sistema de salud a personas que no consultan habitualmente y mantener un seguimiento periódico con controles y entrega de medicación. Para los países de la región, la prioridad debería ser ampliar la implementación de PrEP en las poblaciones en riesgo, donde todavía existe un déficit considerable.


