1 de diciembre de 2025
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China uso la soja como arma contra Estados Unidos

La soja se ha convertido en un punto central de la disputa comercial entre Estados Unidos y China, el mayor importador mundial. Al inicio de la nueva temporada de cosecha, China suspendio las compras de soja estadounidense, llevando la tension comercial a un ambito estrategico. Tras un breve repunte de pedidos a fines de octubre, vinculado a un acuerdo bilateral, las compras volvieron a frenarse, con un impacto directo sobre los productores estadounidenses.

La caida en las adquisiciones ha tenido consecuencias financieras importantes para agricultores que dependen en gran medida del mercado chino. Ante el boicot, Pekin recurrio a proveedores alternativos, aumentando sus compras a Brasil y Argentina.

Desde Washington se afirmo que Beijing se comprometio a comprar 12 millones de toneladas de soja estadounidense antes de fin de ano, seguidas de 25 millones anuales durante los tres anos siguientes. Esos numeros, difundidos por el equipo de Donald Trump, no han sido confirmados oficialmente por las autoridades chinas. Sin embargo, China si redujo aranceles sobre la soja estadounidense.

La soja es esencial en el sistema alimentario chino: gran parte de las importaciones se transforma en harina de soja para la alimentacion animal -especialmente del sector porcino- y tambien se emplea en aceites y otros derivados alimentarios. Tradicionalmente, Estados Unidos ha sido el segundo mayor proveedor de China, cerca de una quinta parte de sus compras, y esta relacion sirvio como palanca politica ante un sector relevante para la base electoral republicana.

La interrupcion de las compras comenzo en mayo como represalia por los aranceles impuestos por la administracion Trump sobre productos chinos. Desde el inicio del nuevo ano comercial en septiembre, Beijing evito reservar cargamentos de soja estadounidense durante casi dos meses. Trump califico la suspension como una maniobra para obtener ventajas en las negociaciones y la tildo de “economicamente hostil”. China ya habia aplicado restricciones similares durante la guerra arancelaria de 2018-2019, que culmino en el acuerdo de “Fase Uno” con compromisos de compra agricola.

La disminucion sostenida en las compras provoco acumulacion de existencias y una caida de precios en Estados Unidos. Al perder a su mayor comprador -China concentra mas de la mitad del volumen de exportacion estadounidense de soja, valorado en USD 24.500 millones-, los agricultores enfrentan menores ingresos y dudas sobre el manejo de inventarios. Estudios de la Universidad de Purdue advierten que el alza en costos de insumos, como fertilizantes y semillas, junto con precios deprimidos, amenaza la rentabilidad del sector, y muchos productores optaron por almacenar la cosecha ante la dificultad de vender a precios razonables.

El efecto se extendio a toda la cadena: elevadores de grano, empresas de transporte que movilizan la soja para exportacion y procesadores que dependen de compras internacionales han sufrido las consecuencias. El gobierno estadounidense anuncio que destinaria fondos recaudados por aranceles para asistir a los agricultores afectados, aunque la entrega de esas ayudas requeria la reapertura administrativa y la aprobacion presupuestaria.

Analistas estiman que China podria terminar el ano importando alrededor de 12 millones de toneladas de soja estadounidense, menos de la mitad de los 27 millones enviados en la campana anterior. En la actualidad, los grandes compradores y procesadores chinos mantienen altos inventarios y las reservas oficiales contribuyen a estabilizar el suministro interno.

Aun cuando se difundieron compromisos de compra, el volumen acordado seguiria siendo inferior al registrado tras el pacto comercial de 2020-2021, cuando las exportaciones estadounidenses hacia China llegaron a 34,2 millones de toneladas. Desde entonces, China ha diversificado sus proveedores para reducir la dependencia de un solo socio, con Brasil ampliando notablemente su participacion como principal vendedor.

En el ano que viene, los agricultores estadounidenses enfrentaran un mercado mas competitivo, con China inclinandose por la cosecha record prevista en Brasil, lo que podria complicar la recuperacion de los niveles habituales de compra. Esta mayor exposicion a productores sudamericanos tambien expone a China a riesgos de precios mas altos y a la mayor vulnerabilidad ante variaciones climaticas en la region.

(Con informacion de Bloomberg)

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