En una inusual muestra de acuerdo politico, el gobierno de Giorgia Meloni y la oposicion de centroizquierda acordaron reformar la legislacion sobre violencia sexual para incorporar por primera vez en el codigo penal el consentimiento como criterio central para determinar cuando un acto sexual constituye un delito.
La Comision de Justicia de la Camara de Diputados aprobo una enmienda al articulo 609-bis del codigo penal que establece que “quien realice o haga realizar actos sexuales a otra persona sin el consentimiento libre y actual de esta” sera sancionado con pena de prision de seis a doce anos.
El pacto, fruto de negociaciones entre la primera ministra Meloni y la lider del Partido Democratico, Elly Schlein, supone un cambio de enfoque en la normativa italiana. Hasta ahora la ley solo tipificaba la violencia sexual cuando se empleaba “violencia, amenaza o abuso de autoridad”, sin referirse de forma explicita al consentimiento de la victima.
Conceptos clave: consentimiento “libre” y “actual”
La reforma introduce dos matices esenciales: que el consentimiento sea “libre” y que sea “actual”. El primero se entiende como la ausencia de coaccion; el segundo implica que el consentimiento debe existir durante todo el acto sexual, puede ser revocado en cualquier momento y no puede extrapolarse de una ocasion anterior a encuentros posteriores.
Segun Michela Di Biase, una de las autoras de la enmienda, esta modificacion representa un avance cultural al reconocer explicitamente que el sexo sin consentimiento es violacion y al evitar que las victimas deban justificarse ante la violencia.
El modelo anterior, conocido como “modelo vinculado”, centraba la tipificacion del delito en la existencia de coaccion fisica o amenaza. Esa aproximacion dejaba desprotegidas situaciones en las que no hubo resistencia visible pero tampoco consentimiento.
Ese vacio era especialmente problematico en casos de “congelamiento” o “freezing”, un fenomeno documentado en estudios internacionales en el que la victima sufre una paralisis fisica y psicologica que impide su reaccion. En algunos fallos en Italia la falta de resistencia se habia considerado un atenuante o incluso una razon para absolver.
La nueva norma invierte la carga de la prueba: no sera la victima la que deba demostrar que se resistio, sino el acusado quien debera acreditar que existio consentimiento. La abogada especialista en violencia de genero Cathy La Torre describio este cambio como una inversion de perspectiva.
La reforma es tambien relevante para la violencia sexual dentro de las relaciones de pareja, que representan en torno a un tercio de los casos de violacion en Italia y que con frecuencia han permanecido silenciados.
El cambio legislativo acerca a Italia a lo previsto en la Convencion de Estambul, ratificada por el pais en 2013, que define la violacion como “relacion sexual sin consentimiento”. Expertos del Consejo de Europa habian instado reiteradamente a Italia a incorporar ese criterio en su legislacion.
La enmienda fue presentada por Di Biase y por Carolina Varchi, de Hermanos de Italia, el partido de Meloni. La primera ministra celebro el avance en la proteccion de las mujeres y destaco la colaboracion bipartidista. El proyecto de ley sera remitido al pleno de la Camara de Diputados el lunes 17 de noviembre, con la expectativa de que sea aprobado antes de su remision al Senado para completar el tramite legislativo.


