Aunque los modelos de entrada de muchas marcas siguen ofreciendo versiones con caja manual, en Argentina cada vez es mas frecuente hallar una opcion automatica incluso en los autos mas accesibles.
No se trata, en general, de cajas automaticas complejas como las de doble embrague, sino de transmisiones CVT (Transmision de Variador Continuo). Estas son mas sencillas y economicas de fabricar, porque sustituyen numerosos engranajes, varillajes y mandos de las cajas tradicionales por un mecanismo con menos piezas y funcionamiento mas simple.
Al eliminar elementos como el pedal de embrague y buena parte de los componentes mecanicos, los fabricantes reducen costos y las transmisiones automaticas resultan mas accesibles para compradores que antes las consideraban un lujo. Sin embargo, muchos conductores las rechazan o no las usan correctamente por desconocimiento de su funcionamiento.
Una caja de cambios sin cambios
Una CVT esta formada basicamente por dos conos invertidos unidos por una correa: uno conectado al motor y otro a las ruedas. El posicionamiento de la correa sobre los conos modifica de forma continua la relacion entre motor y ruedas. Usando la analogia de una bicicleta, cuando la correa esta en la parte grande del cono del motor y en la parte pequena del cono de las ruedas, la relacion es equivalente a una marcha baja; al desplazarse hacia el centro aparecen relaciones intermedias, y en velocidad alta el motor queda en la seccion pequena y las ruedas en la grande.
Como no hay engranajes fijos, tampoco hay “marchas” en sentido estricto. Para que el conductor perciba cambios, la electronica del vehiculo provoca saltos en la posicion de la correa que simulan las relaciones de una caja convencional. En realidad, la transmision ofrece una variacion continua de la relacion entre motor y ruedas, y los “cambios” que se ven o se sienten son efectos simulados por la computadora del auto.
Sin respuesta en una esquina
Un problema habitual con las CVT aparece al maniobrar a muy baja velocidad, por ejemplo al doblar una esquina. Si se pisa a fondo el acelerador puede no haber una respuesta inmediata: la electronica busca una relacion simulada que equivaldria a una marcha intermedia, pero esa relacion puede estar programada lejos del punto de partida, generando una zona en la que el motor sube de vueltas sin que el auto acelere proporcionalmente.
Esta “laguna” se evita conduciendo con suavidad: un avance gradual del pedal permite que la corredera y la correa aumenten la relacion de forma progresiva, que es como la CVT entrega la potencia. En otras palabras, requiere moderar la ansiedad y dejar atras la costumbre de las cajas mecanicas con cambios discretos.
Muchos vehiculos con CVT cuentan ademas con una posicion manual en la palanca para seleccionar de forma simulada esas marchas, y algunos ofrecen levas al volante para facilitar el paso entre relaciones sin mover la palanca.
La ventaja de las levas
Las levas permiten al conductor intervenir electronicamente en los cambios: si se selecciona una relacion manualmente y no se vuelve a actuar, la caja suele recuperar el modo automatico pasados unos segundos (el tiempo varia segun la marca), volviendo el tablero a mostrar la posicion de conduccion normal.
Combinadas con una CVT, las levas hacen la conduccion mas amigable, pues permiten alternar entre control manual y automatico y, ademas, contribuyen a reducir el consumo de combustible. No obstante, algunos usuarios no se adaptan a la lentitud aparente de las marchas simuladas.
En ultima instancia, hay que evaluar la perdida y la ganancia: optar por la comodidad y menor costo de una CVT, mantener un pedal de embrague con caja manual, o pagar mas por un auto con una caja automatica de funcionamiento mas parecido al tradicional, que conserve la sensacion de manejo a la que estan acostumbrados.
