El 15 de julio de 1997, la tranquila Ocean Drive en Miami Beach se vio sacudida por el asesinato de Gianni Versace, una de las figuras mas destacadas de la moda. Su rutina matinal -un paseo seguido de la compra de revistas- termino de forma tragica ante la puerta de su mansion. En medio de la conmocion, Donato De Santis, entonces cocinero de la familia Versace y hoy jurado de MasterChef Celebrity, asumio un papel inesperado en la gestion de la crisis que afecto al circulo cercano del disenador.
El ataque ocurrio poco antes de las nueve de la manana, cuando Versace regresaba de su paseo habitual. Un joven identificado como Andrew Phillip Cunanan cruzo la calle y le disparo dos veces, alcanzandolo en el cuello y la cabeza. La escena fue vista por Mersiha Colakovic, que llevaba a su hija a la escuela. El primer auxilio lo brindo su pareja, Antonio D’Amico, quien salio de la casa tras escuchar los disparos. Aunque Versace aun tenia pulso al ser trasladado en ambulancia, sufrio una muerte cerebral irreversible.
De Santis no se encontraba en la mansion en el momento del ataque. Segun relato, recibio la noticia mientras estaba en otro lugar y recien despertaba: “Me llaman: ‘Lo mataron a Gianni. Le dispararon'”. Al enterarse, se desplazo al hospital, donde permanecio toda la noche y actuo como vinculo entre la familia, los abogados y la prensa.
Durante las horas siguientes, De Santis realizo tareas que superaban sus funciones como cocinero. Tuvo que coordinar aspectos logisticos para preservar la privacidad de la familia y lidiar con la intensa presion mediatica. Entre otras medidas, organizo limusinas senuelo para despistar a los periodistas y proteger los movimientos reales de los allegados.
La gestion de la crisis tambien implico organizar la comunicacion interna y externa en un clima de incredulidad y dolor. Los familiares querian ver y reconocer el cuerpo, pero se encontraron con limitaciones legales: en casos de homicidio existen procedimientos y custodia estatal que restringen el acceso y la manipulacion del cadaver.
Ante esas barreras, De Santis busco soluciones extraordinarias. Tras consultar con los abogados y constatar que la autorizacion necesaria dependia de las autoridades estatales, contacto con el gobernador de Florida para facilitar que la familia pudiera ver a Versace. Finalmente, el reconocimiento se realizo a traves de una camara de vidrio, una medida adoptada por motivos sanitarios y legales.
La tragedia dejo una profunda huella emocional en la familia y en De Santis. En las primeras horas primaron la incredulidad y el dolor, y el se convirtio en un sosten fundamental, asumiendo responsabilidades ajenas a su rol habitual y afrontando la complejidad de una situacion inedita.
La experiencia de Donato De Santis en esos dias pone de relieve tanto la dimension humana como la logistica de una tragedia que, mas alla del impacto mediatico, marco de forma duradera a quienes la vivieron de cerca.


