La designacion del Teniente General Carlos Presti como ministro de Defensa constituye un hecho relevante para Argentina. Es la primera vez desde 1983 que el Ministerio queda a cargo de un profesional con trayectoria militar y experiencia directa en la conduccion de la institucion. Mas alla del simbolismo, representa una apuesta por una politica de Estado que prioriza la profesionalidad frente a la improvisacion y las consideraciones meramente partidarias.
Junto con la llegada de Alejandra Monteoliva al Ministerio de Seguridad, una profesional con formacion y trayectoria en esa area, el gobierno muestra la intencion de gestionar la seguridad como un ambito tecnico y estrategico en lugar de tratarla como un premio o un botin politico.
En las ultimas cuatro decadas, la mayoria de los ministros de Defensa fueron politicos sin experiencia especifica en la materia. Muchos accedieron al cargo por motivos partidarios o electorales y, en varios casos, la gestion civil se tradujo en decisiones que debilitaron la institucionalidad de las Fuerzas.
Eso tuvo efectos concretos: persecuciones internas por razones politicas o familiares, perdida y deterioro de material estrategico, subfinanciacion progresiva de las fuerzas y el deterioro de organismos clave como el IOSFA. Asimismo, hubo mandos que optaron por evitar conflictos a costa de no defender determinadas cuestiones institucionales.
La decision presidencial, en su rol constitucional de comandante en jefe, responde a la necesidad de corregir esa trayectoria. Quienes objetan la designacion de un militar en actividad olvidan que la normativa vigente no lo prohibe y que el ejercicio del control civil corresponde a la Presidencia y al Congreso.
Lo que aporta esta designacion es la presencia de alguien con experiencia practica en instruccion de tropas, despliegue de capacidades, planificacion de operaciones y gestion de recursos limitados, ademas de una comprension de la dimension estrategica de la Defensa en un contexto internacional donde las demandas de seguridad cambian. De forma inedita en anos recientes, la idoneidad profesional pesa significativamente en la eleccion.
Corresponde ahora al general Presti demostrar su capacidad para asumir la responsabilidad. Su funcion no sera representar a un arma o a una fuerza concreta, sino administrar y coordinar las tres con imparcialidad, profesionalismo y vision estrategica. Entre sus tareas estaran la reconstruccion de un sistema de defensa deteriorado, la recuperacion y mantenimiento del material, la mejora del bienestar del personal y la modernizacion doctrinaria y operativa acorde a las caracteristicas y responsabilidades del pais.
Tras decadas de gestion irregular, se abre la posibilidad de establecer una politica de defensa mas creible, seria y con capacidad disuasiva.
Valoramos este cambio de rumbo. El pais necesita dejar atras nombramientos improvisados y recuperar el sentido profesional del servicio publico. Contar con ministros con experiencia y conocimientos comprobados en Defensa y Seguridad puede representar una transformacion de enfoque que fortalezca la gestion y el respeto por las instituciones.


