1 de diciembre de 2025
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Francia reafirma rechazo al acuerdo UE-Mercosur en votaciones en Bruselas

Los diputados franceses volvieron a manifestar este jueves su rechazo al acuerdo comercial entre la Union Europea y el Mercosur, a pocas semanas de que comiencen las votaciones decisivas en las instituciones europeas. El tema reaparecio en la Asamblea Nacional, que aprobo una resolucion que pide al Ejecutivo frances que rechace el tratado negociado entre la Comision Europea y Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay a finales de 2024, informo EFE.

El acuerdo, aun pendiente de ratificacion, pretende liberalizar el comercio entre ambos bloques y reducir aranceles en sectores clave. Para entrar en vigor necesitaria el visto bueno del Consejo de la UE -por mayoria cualificada- y del Parlamento Europeo. Bruselas aspira a cerrar la primera fase en diciembre, aunque no hay un calendario definitivo para las votaciones finales.

La resolucion parlamentaria fue presentada por La Francia Insumisa (LFI) y obtuvo el respaldo unanime de los grupos politicos, un consenso poco habitual en un hemiciclo fragmentado. El texto muestra que el rechazo al pacto ha unido a la izquierda, a sectores del centro y a buena parte de la oposicion conservadora.

Ante la Asamblea, el ministro para Europa, Benjamin Haddad, insistio en que “el acuerdo tal como fue concluido en 2024 no es aceptable en su estado actual”, segun EFE. El Gobierno considera que los compromisos del Mercosur en materia ambiental y sanitaria no alcanzan los estandares europeos y que las garantias adicionales no compensan los riesgos que plantea para la agricultura francesa.

Haddad senalo que la Comision Europea ha reforzado recientemente las clausulas de salvaguardia, un mecanismo destinado a permitir reacciones ante una posible desestabilizacion del mercado europeo. Valoro esa mejora como “util y necesaria”, pero subrayo que la arquitectura regulatoria global sigue siendo insuficiente.

El Ejecutivo galo plantea ademas dos exigencias adicionales: la inclusion de clausulas “espejo” que obliguen a los productores del Mercosur a respetar estandares comparables a los europeos en lo ambiental, fitosanitario y de bienestar animal, y el refuerzo de los controles sanitarios para asegurar la trazabilidad y la seguridad de las importaciones.

La preocupacion central de Francia se concentra en la agricultura. El pacto facilitaria la entrada al mercado europeo de carne, azucar, arroz y soja sudamericanos, productos considerados mas competitivos por sus menores costes de produccion. Las organizaciones agrarias advierten que una apertura de esta magnitud podria reducir la rentabilidad de miles de explotaciones, especialmente en zonas ganaderas.

Desde la Comision Europea sostienen que las salvaguardias permitirian intervenir si se detectan presiones excesivas sobre los precios o distorsiones del mercado. Tambien defienden que el acuerdo ampliaria las oportunidades de exportacion para sectores europeos como el automotriz, el vinicola y el de maquinaria industrial, que ganarian acceso preferente al bloque sudamericano.

El debate frances se enmarca en un contexto mas amplio: desde la firma politica del texto en 2019 el proceso ha sufrido retrasos por objeciones ambientales, tensiones diplomaticas y la resistencia de varios Estados miembros. Francia, Irlanda, Paises Bajos y Austria han expresado preocupaciones sobre la deforestacion en la Amazonia, la proteccion del clima y la competencia para la agricultura.

En Bruselas se preve que la aprobacion en el Parlamento Europeo sea ajustada. Varios grupos han endurecido su postura en un escenario marcado por movilizaciones agricolas, demandas de mayor autonomia productiva y el impacto de la guerra en Ucrania en la politica comercial del bloque. Las proximas semanas seran clave para ver si hay margen para renegociar partes del texto o para desbloquear la votacion.

La posicion francesa anade presion sobre las instituciones europeas y evidencia que el acuerdo UE-Mercosur sigue atrapado entre ambiciones geopoliticas y resistencias sectoriales. El desenlace dependera de la capacidad de Bruselas para conciliar exigencias ambientales y agricolas con su estrategia comercial.

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