El habito de Michael Jordan de masticar chicle durante los partidos se ha convertido en un simbolo reconocido que trascendio el baloncesto y ayudo a popularizar la practica en otros deportes profesionales.
Mas alla de Jordan, el chicle se ha adoptado en disciplinas como futbol, rugby y ciclismo; numerosos deportistas de elite lo integran a su rutina buscando mejorar la concentracion, reducir la ansiedad y afrontar la presion competitiva.
Un estudio reciente publicado en BMC Sports Science, Medicine and Rehabilitation aporta evidencias iniciales: los investigadores observaron que masticar chicle durante la actividad fisica puede ayudar a mantener el enfoque y mejorar la precision motora, lo que explica en parte su uso en contextos deportivos.
La masticacion ofrece beneficios tanto psicologicos como fisiologicos. Muchos atletas describen como el gesto reduce distracciones, facilita el control de los nervios y actua como una “ancla mental” que ayuda a centrar la atencion y a gestionar las emociones en situaciones de alta exigencia.
Especialistas en ciencias cognitivas indican que masticar puede aumentar la actividad cerebral y contribuir a disminuir niveles de cortisol -la hormona del estres-, ademas de estimular el flujo sanguineo y la frecuencia cardiaca, efectos que podrian favorecer la alerta y la respuesta motora.
Aunque la evidencia todavia es preliminar y se requieren estudios mas amplios y controlados, los hallazgos iniciales resultan prometedores para quienes buscan recursos sencillos para optimizar el rendimiento bajo presion.
Muchos entrenadores valoran la practica porque facilita la implementacion de rutinas precompetitivas, reduce la tension y ayuda a la desconexion emocional en momentos criticos. Tambien se reporta una sensacion de mayor control sobre la respiracion, la motivacion y el bienestar general.
Chicle, energia y nuevos formatos
La aparicion de chicles energeticos con cafeina amplio la variante tradicional: estos productos ofrecen un impulso rapido por la absorcion bucal y son utilizados por deportistas que buscan un efecto estimulante adicional durante la actividad.
Algunos estudios sugieren mejoras modestas en tiempos de reaccion y tolerancia al esfuerzo -del orden del 1% al 8%-, si bien parte de este beneficio puede deberse al placebo y a las expectativas del propio deportista.
El formato en chicle resulta practico frente a bebidas o suplementos por su portabilidad y discrecion en vestuarios o en el campo. La aceptacion por parte de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) tambien ha contribuido a su difusion en distintas categorias deportivas.
Mitos, riesgos y percepcion general
Un mito habitual es el riesgo de atragantamiento; sin embargo, especialistas internacionales consideran que, si se consume de forma responsable, ese peligro es reducido.
Los testimonios de atletas coinciden en que el principal valor del chicle es la percepcion de un mayor control atencional y una sensacion de rendimiento superior, aspectos que pueden ser determinantes en competencias donde los detalles importan.
Aunque la comunidad cientifica aun no ha establecido con claridad el impacto real del chicle en el rendimiento fisico, su uso se mantiene entre deportistas de distintos niveles siempre que perciban beneficios en concentracion, manejo del estres o afrontamiento de la presion.
Con la tendencia a incorporar estrategias psicofisicas accesibles, la practica de masticar chicle sigue vigente en el deporte moderno. La influencia de figuras destacadas, la percepcion de utilidad y la llegada de formatos con ingredientes funcionales, como la cafeina, favorecen su continuidad en la elite deportiva.
En resumen, mas alla de la confirmacion cientifica definitiva, masticar chicle permanece como un recurso adoptado por quienes buscan una ventaja mental y emocional en la competencia.
