Andrew Garfield vivio una etapa de transformacion que lo coloco en el centro del debate sobre el arte, la fama y la privacidad en Hollywood.
En una entrevista con Vanity Fair, el actor britanico conocido por su papel en Spider-Man explico que una ambicion renovada lo impulso a aceptar proyectos mas desafiantes y a proteger con mayor rigor su vida privada.
A sus 42 anos, participo en varias producciones de alto perfil mientras trataba de equilibrar su carrera con su esfera intima, una dualidad que caracteriza su momento actual.
Seleccion de papeles con mayor exigencia emocional y fisica
Su ambicion se manifesto en la eleccion de personajes que requirieron un gran esfuerzo fisico y emocional.
Garfield relato a Vanity Fair el vertigo de encadenar tres trabajos intensos: Artificial, dirigida por Luca Guadagnino, en la que interpreta a Sam Altman, CEO de OpenAI; The Uprising, de Paul Greengrass, donde interpreta a un lider de la revuelta campesina en la Inglaterra del siglo XIV; y una serie limitada de Apple TV en la que da vida a Roy Horn, el conocido showman de Siegfried & Roy.
Cada papel presento desafios distintos: describio a Altman como “un hombre delgado de 40 anos”, senalo que en The Uprising debia mostrarse “muy fuerte, pero tambien agil y trabajador”, y explico que Roy Horn requeria una teatralidad potente, una presencia majestuosa y casi hibrida entre humano y criatura.
Esta eleccion no fue casual. Garfield reconocio que, tras el exito de La red social en 2010, evito trabajos relacionados con el mundo tecnologico. Sin embargo, le atrajo la oportunidad de explorar un liderazgo diferente: queria indagar en la psique de alguien que gana, frente al personaje sensible que habia interpretado antes.
Una pausa y una nueva filosofia sobre la privacidad
Su metodo combino exigencia fisica con trabajo psicologico: en Artificial encarno a una figura relevante del ambito tecnologico; en The Uprising asumio el papel de un lider carismatico y resistente; y en la serie de Apple TV transformo su cuerpo y presencia para reflejar el magnetismo de Roy Horn.
Tras una pausa en 2022, Garfield volvio con mayor reflexion y selectividad. “Fue un periodo en el que quise descansar. Quise simplemente reflexionar”, conto a Vanity Fair.
Proteger su vida privada se convirtio en una prioridad. Evito hablar publicamente de sus relaciones sentimentales y redujo su presencia en redes sociales: “Siento que es una violacion de mi mundo interior, de mi mundo privado”, afirmo en la entrevista. Aunque dijo no tener perfiles publicos oficiales, reconocio usar una cuenta anonima de la que se distanciaba cuando la sobreexposicion era excesiva.
Inteligencia emocional y atencion mediatica
Su discrecion no le impidio seguir en el foco mediatico y conservar la estima del publico.
En el Festival de Venecia, al promocionar Caza de brujas, respondio con tacto a una pregunta incomoda sobre #MeToo y Black Lives Matter: miro a sus colegas Julia Roberts y Ayo Edebiri y les cedio la palabra, mostrando una sensibilidad poco frecuente en la industria. Esa inteligencia emocional, ademas de su atractivo, es lo que Vanity Fair senala como distintivo en su carrera.
Esta etapa de Andrew Garfield se ha caracterizado por la busqueda de proyectos complejos y por la proteccion de su intimidad, reafirmando su compromiso con la autenticidad y el riesgo actoral en cada nuevo desafio.
