El presidente Donald Trump podria recibir un reconocimiento historico, pero no el Premio Nobel de la Paz: se trata de una comparacion historica con Neville Chamberlain, usada para describir a un lider que prioriza concesiones ante un adversario autoritario en lugar de defender a sus aliados y valores.
Varios colaboradores de la Casa Blanca -mencionados como Steve Witkoff, Marco Rubio y Dan Driscoll en los informes- participaron en la negociacion de un acuerdo con Rusia que, segun las criticas, se acordo sin consultas previas a Ucrania ni a los aliados europeos y que incluia una fecha limite para su aceptacion por parte de Kiev.
Esa fecha limite era este jueves.
Si Ucrania se viera obligada a aceptar los terminos propuestos antes de esa fecha, muchos percibirian la jornada de Accion de Gracias como simbolicamente favorecedora de Rusia, dado que el acuerdo permitiria a Moscu consolidar los resultados de su invasion sin ser derrotada por la oposicion internacional.
La pregunta retorica sobre como se llamaria esa festividad en ruso subraya la percepcion de que la victoria politica habria beneficiado a Rusia mas que a Ucrania.
Quienes promovieron o impusieron ese acuerdo enfrentarian, segun sus criticos, un legado negativo; la obra periodistica y la historia cuidaran de evaluar el alcance y las consecuencias de esas decisiones.
Neville Chamberlain, primer ministro britanico antes de la Segunda Guerra Mundial, es recordado por su politica de apaciguamiento frente a la Alemania nazi, culminada en el Acuerdo de Munich de 1938, en el que se permitio la anexion de partes de Checoslovaquia con la esperanza de evitar la guerra. Un ano despues estallo la contienda que desmintio esa expectativa.
En terminos contemporaneos, los analistas sostienen que un acuerdo que premie una invasion no provocada de Ucrania podria fortalecer la posicion de Rusia y transmitir a la Union Europea el mensaje de que Estados Unidos no asumiria el costo de defender a sus socios bajo la actual administracion.
Por ello, algunos comentaristas han propuesto que la traicion percibida por parte de un presidente estadounidense quedaria registrada en el lexico diplomatico y en la memoria historica, asociando los nombres de los responsables a esa percepcion.
Un editorial del Wall Street Journal advirtio que, si la administracion optara por apaciguar a Putin, esa decision podria perseguir el resto de su presidencia y enviar a los adversarios la senal de que pueden obtener objetivos por la fuerza o mediante coercion, incluida la amenaza nuclear.
Es importante subrayar que muchos observadores no descartan la negociacion como medio para poner fin a la guerra. Sin embargo, sostienen que una solucion aceptable no debe equivaler a una cesion incondicional que consagre la perdida de soberania ni a terminos que no garanticen una seguridad real para Ucrania.
Antes de entrar en detalles, resulta notable que, segun los reportes, la Casa Blanca trabajo en terminos que no incluyeron de forma plena a Ucrania ni a los aliados hasta etapas avanzadas del proceso y fijo plazos politicos apremiantes que dificultaban un debate parlamentario ucraniano informado.
El corresponsal David Sanger senalo que varios de los puntos del plan difundido por la Casa Blanca reflejan exigencias que favorecen a Moscu, lo que alimento la percepcion de que el borrador atendia demandas maximalistas de Rusia.
Entre los elementos clave atribuidos al plan figuraban el reconocimiento por parte de Estados Unidos de territorios del este de Ucrania que actualmente estan bajo control ruso; la prohibicion de desplegar fuerzas de la OTAN dentro de Ucrania; una reduccion significativa del ejercito ucraniano, con limites a ciertas capacidades de largo alcance; y garantias de seguridad vagas por parte de Estados Unidos.
Tambien se informo que activos rusos congelados -cercanos a 100.000 millones de dolares- se destinarian a proyectos de reconstruccion e inversion en Ucrania bajo la gestion estadounidense, con una participacion del 50% de las ganancias previstas para Estados Unidos, un arreglo que algunos criticaron por su formato financiero y reparto de beneficios.
Ante reacciones adversas de aliados, del Congreso y de la opinion publica, la Casa Blanca indico que la propuesta no era necesariamente la oferta final. La respuesta oficial tambien incluyo la posibilidad de que Ucrania continuara la resistencia si rechazaba los terminos, lo que genero criticas sobre el equilibrio entre las prioridades diplomaticas y el respaldo a Kiev.
Que podria considerarse, en terminos practicos, un “acuerdo sucio” aceptable en el contexto de esta guerra?
Una propuesta alternativa defendida por analistas consistiria en congelar las lineas de combate en sus posiciones actuales sin reconocer formalmente la anexion de territorios ucranianos, desplegar fuerzas de seguridad europeas con apoyo logistico estadounidense como elemento disuasorio, exigir a Rusia el pago por la reconstruccion y mantener sanciones hasta que se cumplan las reparaciones, y comprometer a la Union Europea a la futura adhesion de Ucrania cuando este lista.
Ese compromiso europeo seria importante porque permitiria mostrar a la sociedad rusa la prosperidad de Ucrania dentro de instituciones democraticas europeas, lo que, segun defensores de esa linea, ejerceria una presion politica y moral sobre el regimen ruso a largo plazo.
Si un presidente estadounidense lograra un acuerdo de ese tipo -usando la influencia de Estados Unidos para equilibrar intereses y reducir danos-, los historiadores podrian considerar que saco provecho de una situacion dificil para producir un resultado relativamente aceptable.
En cambio, la imposicion de terminos que solo presionen a Ucrania para que ceda frente a demandas rusas seria, a juicio de sus criticos, una rendicion que no resolveria las causas del conflicto ni garantizaria una seguridad duradera para la region.
(C) The New York Times 2025.


