1 de diciembre de 2025
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La dieta romana como antecedente de la salud y el bienestar modernos

Miles de anos antes de que conceptos como calorias, proteinas o vitaminas fueran conocidos, los romanos desarrollaron una teoria de la alimentacion coherente con su epoca. Sin metodos cientificos modernos, organizaron un sistema basado en la observacion y en la teoria de los humores que influyo en lo que comian y en como entendian la salud y el caracter.

Para los romanos, los alimentos, tras ser digeridos, se convertian en sangre, que consideraban el componente vital del cuerpo.

La Dra. Claire Bubb, profesora adjunta de estudios del mundo antiguo, explica en History Extra que la comida se transformaba en sangre y que esta nutria las partes del cuerpo que la necesitaban: “El componente basico del organismo”.

Desde esa perspectiva, quien ejercitaba mas un musculo dirigiria hacia el la sangre necesaria para su desarrollo. Aunque distinto a la fisiologia moderna, esto mostraba una intuicion sobre la relacion entre dieta y condicion fisica.

En vez de clasificar los alimentos por su composicion quimica, los romanos los agrupaban por cualidades percibidas: calor, frio, humedad y sequedad, asociadas a sabores y texturas. Asi, los pepinos se consideraban frios y humedos, mientras que el pan y la carne asada se veian como secos y calientes.

Alimentos de sabor intenso, como la cebolla, el ajo o la rucula, se calificaban de picantes. A algunos se les atribuia la capacidad de fortalecer el cuerpo o aportar “jugos saludables”, una observacion empirica que anticipaba la idea moderna de nutrientes.

La Dra. Bubb subraya que el pensamiento romano articulaba conceptos equivalentes a los actuales, aunque expresados con terminologia propia; observaban efectos reales de ciertos alimentos, como su contribucion al desarrollo muscular, sin usar terminos como proteinas.

La teoria humoral presidia la medicina y la dieta romanas. Segun ella, el cuerpo dependia de cuatro fluidos: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra, cada uno vinculado a un elemento natural.

El equilibrio o el desequilibrio de esos humores determinaba la salud fisica y tambien la personalidad y las emociones. Por ejemplo, un exceso de sangre se asociaba con un temperamento alegre, mientras demasiada bilis negra se vinculaba a la melancolia.

Ese marco tambien guiaba las recomendaciones dieteticas: las enfermedades se interpretaban como desequilibrios entre cualidades opuestas, de modo que una afeccion “caliente y seca” exigia alimentos “frios y humedos”.

La dieta se ajustaba a la edad, la estacion y el estado de salud: ninos y atletas necesitaban mas calor y sustento, mientras a los ancianos -considerados mas frios- se les aconsejaba comer menos.

Estas ideas impregnaban la vida cotidiana: la alimentacion no solo reflejaba la constitucion fisica y la personalidad, sino tambien la posicion social. La distribucion de alimentos publicos, como el pan, era central en la vida urbana y las elecciones culinarias buscaban tanto la salud como el equilibrio humoral.

La Dra. Bubb destaca el caracter empirico del sistema romano: era una forma de entender la salud y el cuerpo a partir de la experiencia directa. Observaban los efectos de la comida y modificaban la dieta pese a no disponer de herramientas para analizar la composicion de los alimentos.

“Lo genial es lo intuitivo que es. Puedes entender que si comes demasiado, te sientes lleno y un poco asqueroso al dia siguiente”, dijo la experta, senalando la capacidad practica del enfoque.

Hoy algunas explicaciones romanas parecen extranas: la idea de particulas de fuego en los alimentos resulta ajena, aunque hoy hablamos de calorias y de transformacion en energia. Sin microscopios ni laboratorios, los romanos se apoyaban en observaciones visibles para fundamentar sus creencias nutricionales.

Aun con las limitaciones de su marco teorico, el enfoque romano integraba alimentacion, salud, bienestar y constitucion fisica, anticipando en cierto grado las posturas holisticas presentes en la nutricion contemporanea.

Considerar la dieta como parte de un sistema que abarca la salud y el entorno demuestra una vision antigua que sigue siendo relevante: la nutricion se percibe como un fenomeno complejo e interconectado.

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