En una muestra reciente, los asistentes pudieron interactuar con diversos proyectos tecnológicos desarrollados por integrantes del club. Entre las propuestas hubo autos a control remoto programados para esquivar obstáculos, un sistema de riego automatizado alimentado por energía solar, un videojuego creado por los propios alumnos y una máscara de Iron Man impresa en 3D que se encuentra en proceso de automatización. También se exhibieron brazos robóticos, procesos de fabricación de prototipos mediante impresoras 3D y experiencias de realidad virtual, lo que permitió apreciar tanto aplicaciones de hardware como de software.
El club comenzó este año en Almirante Brown y funciona como un espacio de encuentro para jóvenes interesados en tecnología. Según la Universidad Nacional de Almirante Brown (UNaB), el objetivo principal es acercar a estudiantes de nivel secundario a experiencias científicas que complementen su formación escolar y refuercen sus conocimientos en tecnologías aplicadas. La iniciativa busca servir de puente hacia carreras vinculadas con la ingeniería, la informática y el diseño tecnológico, ofreciendo a los participantes una introducción práctica y orientada a proyectos.
Las actividades mostradas combinan distintos campos: programación para el control de vehículos y la creación de videojuegos; electrónica y automatización en el caso del sistema de riego y la máscara impresa en 3D; diseño y fabricación digital mediante impresoras 3D; y entornos inmersivos a través de la realidad virtual. Esta diversidad permite que los estudiantes trabajen en equipos multidisciplinares y desarrollen habilidades técnicas (como codificación, modelado 3D y montaje de circuitos) junto con competencias blandas como el trabajo colaborativo, la resolución de problemas y la comunicación de resultados.
Además del aprendizaje técnico, la exposición de proyectos favorece la experimentación práctica y la vinculación con posibles trayectorias profesionales. Al poder ver y manipular prototipos —y en algunos casos participar en su desarrollo—, los jóvenes pueden evaluar sus intereses y capacidades en áreas concretas antes de elegir estudios superiores. La presencia de componentes como la energía solar y la automatización también introduce temas de sostenibilidad y aplicación de tecnologías a problemas reales.
En conjunto, la propuesta del club responde a la necesidad de complementar la educación formal con espacios prácticos donde la teoría se conecta con la construcción y prueba de dispositivos y programas. Al promover proyectos propios y mostrar resultados en formato de demostración, la iniciativa facilita el acceso a experiencias científicas y tecnológicas que pueden orientar y motivar a estudiantes secundarios hacia carreras técnicas y científicas.


