El Gobierno afronto las elecciones de medio termino en una posicion claramente defensiva, con el objetivo de conservar un tercio del poder legislativo sumando sus bancas y las de aliados.
Mantener ese numero perseguia evitar un posible juicio politico y preservar la capacidad de emitir Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) sin quedar bloqueado por el Congreso.
El resultado electoral inesperado modifico el escenario y permitio al Ejecutivo adoptar una postura mas ofensiva. Aunque no logro una mayoria absoluta para aprobar por si solo las reformas previstas, a partir del 10 de diciembre necesitara pocas alianzas para avanzar en cambios laborales, previsionales y tributarios.
El escrutinio del 26 de octubre mostro una sociedad polarizada, con escaso espacio para terceras fuerzas. El futuro del gobierno de Javier Milei dependera de su capacidad de negociacion para impulsar esas reformas: su posicion es favorable y exige pocas concesiones, pero persiste la duda sobre si podra acordar con otras fuerzas, lo que condiciona sus posibilidades electorales futuras.
En lo economico se abren oportunidades tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, la contundencia del resultado le da margen para postergar medidas extremas y gestionar las correcciones con mayor gradualidad, en lugar de aplicar ajustes abruptos.
Aun cuando las reservas del Tesoro y del Banco Central presentan fragilidades, la posibilidad de volver a acceder a los mercados externos reduciria la necesidad de intervenciones directas en el mercado cambiario y la presion sobre el tipo de cambio. Ese alivio, combinado con una baja del riesgo pais, podria permitir una reduccion de las tasas de interes, reactivar el credito y dinamizar una actividad economica que venia mostrando signos de estancamiento por la incertidumbre electoral.
Con una mayor estabilidad cambiaria, es probable que la inflacion retome una senda descendente y que se consolide un proceso de desinflacion en el mediano plazo. A mas largo plazo, el respaldo politico y la menor incertidumbre facilitan avanzar en medidas bajo control del Ejecutivo, como relajar restricciones para que las empresas accedan al mercado de cambios, construir un esquema cambiario mas flexible y disenar una politica monetaria con menor volatilidad en las tasas.
Por ahora, los mercados han reaccionado positivamente en bonos, riesgo pais y acciones locales. La clave sera que el Gobierno consolide un rumbo claro durante 2026 para aprovechar este impulso y llegar a 2027 con mayor solidez, evitando repetir la incertidumbre que marco 2025.


