1 de diciembre de 2025
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Aceite de oliva: mas que alimento en la antiguedad

Desde tiempos antiguos, el aceite de oliva fue central en las sociedades mediterraneas: alimento, elemento sagrado, remedio y simbolo de poder y pureza. Su uso, que se remonta al segundo milenio a.C., se mantiene en practicas religiosas y cotidianas hasta la actualidad.

Hay registros de su empleo ritual en la capital hitita, donde se ungia a recien nacidos y a las madres tras el parto; en Siria formo parte de ceremonias de iniciacion de sacerdotisas; y en la Grecia micenica se ofrecia aceite perfumado a los dioses, siempre vinculado a la purificacion y la santidad.

Las escrituras hebreas recogen su uso para consagrar reyes y sacerdotes y para santificar objetos rituales, una tradicion que se difundio por todo el Mediterraneo.

En Roma, Plinio el Viejo lo considero “una necesidad absoluta”: su funcion fue mas alla de la alimentacion y se integro en rituales religiosos y costumbres sociales.

Tambien desempeno un papel importante en la higiene y la salud. Griegos y romanos practicaban el bano con aceite en los espacios publicos, donde en lugar de jabon se aplicaba aceite sobre la piel y luego se retiraba con el estrigilo.

Plinio recomendo el aceite para tratar picaduras y como base de preparados herbales, mientras que el medico Celsus aconsejaba banos tibios con aceite para personas debilitadas y fricciones corporales para prevenir la fiebre, segun diversas fuentes.

Sorano, otro medico de la antiguedad, recomendaba ungir a los recien nacidos, lo que muestra la continuidad de practicas tradicionales.

El aceite perfumado se empleaba en ofrendas a las deidades y en la uncion ritual de estatuas, subrayando su caracter sagrado.

Produccion y comercio del aceite de oliva en la antigua Roma

La produccion romana alcanzo una escala casi industrial. Heredando y perfeccionando tecnicas fenicias y griegas, los romanos desarrollaron grandes villas agricolas donde la aceituna se procesaba en etapas como el almacenamiento en el tabulatum, la molienda en el trapetum y el prensado en el torcularium.

El aceite se clasificaba en tres tipos principales: el oleum omphacium, extraido de aceitunas verdes y reservado para ofrendas y perfumes; el oleum viride, obtenido de frutos entre verdes y negros y destinado sobre todo a la gastronomia; y el oleum acerbum, de menor calidad, elaborado con frutos caidos.

El oleum viride se subdividia segun los prensados, desde el flos, comparable al actual virgen extra, hasta el cibarium, el mas ordinario.

En la vida diaria romana el aceite era omnipresente. Apicio lo incluyo en mas de 300 recetas en su De re coquinaria. Julio Cesar lo incorporo al abastecimiento gratuito del ejercito, lo que aumento su demanda y favorecio su difusion en Europa central y septentrional.

Ademas de su uso culinario, sirvio como combustible para lamparas y como base de unguentos y perfumes. Los deportistas lo aplicaban para proteger e hidratar la piel antes del ejercicio y, al retirar la mezcla de aceite, sudor y polvo con el estrigilo, se obtenian productos que luego se vendian con fines medicinales.

En medicina se empleo para tratar heridas, ulceras y fiebres; en cosmetica y en rituales funerarios los difuntos eran ungidos con aceites aromaticos.

La economia del aceite se organizo alrededor de grandes centros productivos y rutas comerciales. La Betica (actual Andalucia) se convirtio en el principal proveedor del Imperio, exportando a todo su territorio, incluido el ejercito y la ciudad de Roma. Plinio consideraba que solo el aceite de Histria y el licinio de Campania superaban en calidad al andaluz.

En el Bajo Imperio, Africa septentrional emergio como otro importante productor, compitiendo con la Betica.

El aceite de oliva en el cristianismo primitivo y su legado

El cristianismo primitivo asumio y transformo los usos rituales del aceite. La palabra griega Christos, que significa “ungido”, dio origen a terminos como “Cristo” y “cristiano”, ligados a la idea de la uncion con aceite sagrado.

El crisma, un aceite perfumado y bendecido, se utilizo para santificar, purificar y ungir a los enfermos. Un concilio del ano 381 d.C. documento la uncion en la frente, los ojos, la boca y las orejas antes del bautismo, segun registros historicos.

Las iglesias tambien se iluminaban con lamparas de aceite perfumado, y se atribuyeron propiedades curativas al aceite procedente de las tumbas de santos; los peregrinos solian recogerlo en frascos y trasladarlo a sus lugares de origen con la expectativa de obtener beneficios milagrosos.

La Iglesia no solo empleo el aceite en rituales, sino que lo produjo y comercializo. Documentos monasticos y eclesiasticos desde el siglo VI registran donaciones de olivares y mano de obra a instituciones religiosas.

En excavaciones se han encontrado instalaciones de produccion en complejos episcopales y monasterios, y anforas con simbolos cristianos e inscripciones como “aceite dulce” apuntan a un comercio especializado, especialmente en el sur de Espana, para usos liturgicos y medicinales.

Esta herencia llega hasta hoy. En 2023, el aceite utilizado en la coronacion de Carlos III procedio de olivares del Monte de los Olivos, fue procesado en monasterios y bendecido en Jerusalen, en una continuidad con coronaciones medievales y la tradicion de la uncion real.

El aceite de oliva sigue presente en sacramentos, la consagracion de iglesias y la uncion de enfermos, manteniendo una practica con raices milenarias.

Apreciado por sus cualidades sensoriales y su versatilidad, el aceite de oliva continua siendo un vinculo tangible entre pasado y presente, reflejo de una tradicion que influyo en la historia y la cultura del Mediterraneo.

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