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Halmoni: abuelas coreanas que hicieron una revolucion

Halmoni: la revolucion de las abuelas coreanas, de Maria del Pilar Alvarez, es la primera investigacion en espanol que aborda el sometimiento de mas de 400.000 mujeres, en su mayoria coreanas, a la esclavitud sexual por parte del ejercito japones durante la Segunda Guerra Mundial. El libro explica como estas victimas, denominadas “mujeres de consuelo”, formaron parte de una red de trata vinculada al aparato militar que permanecio oculta durante decadas, en parte por el peso de una cultura patriarcal que estigmatizaba a las supervivientes.

Alvarez examina la modernizacion de Corea bajo el dominio japones, las transformaciones que trajo la guerra y el funcionamiento del sistema de explotacion sexual. Tambien analiza el posterior silencio sobre estos hechos, el surgimiento del feminismo y su relacion con la lucha de las sobrevivientes, asi como las respuestas gubernamentales y la persistencia de los reclamos por memoria y justicia. Ocho decadas despues del fin de la guerra, las historias de las “mujeres de consuelo” se han convertido en un simbolo de resistencia y en un referente para visibilizar injusticias de genero en Asia.

La autora es licenciada en Ciencia Politica y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires; realizo ademas un master en Estudios Coreanos en la Universidad Yonsei, donde vivio seis anos. Hizo estancias de investigacion en Japon, China continental y Taiwan. Es investigadora del Conicet, directora de la Diplomatura y de la Maestria en Estudios Coreanos de la Universidad del Salvador y profesora en la Universidad Nacional de San Martin y en la Universidad Torcuato Di Tella.

La presentacion de Halmoni: la revolucion de las abuelas coreanas, editado por Debate (Penguin Random House), se realizara el viernes 28 de noviembre a las 18 horas en la libreria de Fondo de Cultura Economica (Costa Rica 4568, Ciudad de Buenos Aires). A continuacion, se ofrece un fragmento del libro:

Toda historia tiene un comienzo

El 29 de diciembre de 2005 se estreno en Corea del Sur la pelicula Golondrina azul, del director Yoon Jong-chan. La propuesta resulto polemica porque intentaba narrar la vida de las “mujeres modernas” coreanas durante el gobierno colonial japones sin enmarcarlas unicamente en la relacion de subordinacion colonial. La pelicula cuenta la vida de la primera aviadora coreana, Park Kyung-won, un personaje complejo. Las primeras imagenes en blanco y negro muestran la ocupacion japonesa en su pueblo. Park aparece como una nina alegre que no parece alarmada por la presencia de las tropas. Suena con volar y con ser una figura audaz. Su apariencia y su vida campesina no coinciden con la imagen que ofrecen los testimonios de las mujeres esclavizadas por la Armada Imperial de Japon, salvo en una escena en la que el padre se enfada porque ella quiere estudiar. En algunas familias habia objeciones a la educacion femenina.

Una “mujer de consuelo”, Mun Pilgi, nacida en 1925, catorce anos despues que Park, relata que su padre no la dejaba asistir a la escuela porque decia que las mujeres que estudiaban se volvian astutas y resultaban indeseables como esposas. Para tareas agricolas y domesticas no era necesario saber leer ni escribir, segun el. Mun insistio a su madre por aprender; un dia su madre vendio mucho arroz en el mercado y con ese dinero le pago la escuela, ya que no existia educacion gratuita. Mun pudo asistir hasta que su padre lo descubrio: entro furioso al aula, la saco por la fuerza, quemo sus libros y la expulso de casa. Solo volvio a la escuela cuando prometio no regresar jamas. A lo largo de su vida reprocho a su madre por no haberla educado; esa falta marco su trayectoria.

La trayectoria de Park podria interpretarse en sentido contrario: la educacion le brindo movilidad social, independencia y aspiraciones propias. A pesar de la oposicion paterna, estudio en una escuela para ninas ligada a la iglesia presbiteriana estadounidense y se convirtio al cristianismo. En la pelicula aparece con ropa occidental -pantalones, camisas, chalecos, peinados cortos- y asume habitos y comportamientos urbanos modernos. Mientras estudia en el instituto de aviacion de Kamata, en Japon, participa en la vida social: sale, fuma, coquetea con un novio coreano, se relaciona con hombres desde una postura de igualdad, vive sola, repara automoviles y trabaja como chofer de taxi. Habla japones con fluidez y, salvo por su nombre coreano, su origen no resulta evidente. Las imagenes urbanas del film refuerzan esa idea de modernidad; los episodios de discriminacion no configuran el eje narrativo. Tras rechazar una propuesta de matrimonio para priorizar su carrera, Park fue convocada para realizar el primer vuelo desde Japon a Manchuria. El 7 de agosto de 1933 despego del aeropuerto internacional de Haneda en la aeronave denominada Golondrina Azul y se estrello a los 42 minutos, cerca de Hakone; murio en el acto.

El director se pregunto por que eligio una profesion tan peligrosa y respondio que Park “queria ser libre”. Su vida fue breve pero intensa y podria verse como un ejemplo de emancipacion femenina. Sin embargo, las ultimas fotografias de archivo la muestran en el asiento de un biplano Salmson 2A2 agitando una pequena bandera blanca con un circulo rojo al centro, en un contexto en que ya se habia iniciado la expansion belica de Japon en Asia.

Pese a la calidad tecnica y el presupuesto del filme, Golondrina azul no alcanzo el exito esperado. Yo cursaba la materia Colonialismo en Corea cuando mi profesor, luego tutor de tesis, me comento la controversia que la pelicula provoco: en marzo de 2006 se publicaban criticas en blogs y medios que senalaban una mirada indulgente respecto de la ocupacion y una minimizacion del colaboracionismo. Ademas, el instructor de aviacion que aparece en la pelicula era Koizumi Matajiro, abuelo materno del entonces primer ministro Junichiro Koizumi, figura vista por muchos coreanos como negacionista, lo que intensifico la polemica. Mi profesor incluyo entonces en la clase textos sobre modernidades multiples, colaboracion y nacionalismo para discutir el tema.

Hasta ese momento, las referencias que habia escuchado sobre la ocupacion desde la voz de los coreanos eran mayoritariamente negativas: “Nos quitaron las tierras”, “se apropiaron de nuestros cultivos”, “nos obligaron a usar nombres japoneses”, “nos enviaron a la guerra en nombre del emperador”, “faltaba comida”. Interesada por el debate que rodeaba al film y por las discusiones en el aula, decidi especializarme en memoria historica poscolonial y en las relaciones entre Corea y Japon. Surgieron entonces preguntas clave: puede alguien sentirse libre trabajando para un gobierno que comete violencias contra mujeres? La opresion proviene del poder colonizador, de las normas culturales de los colonizados o de ambos? La modernidad implico emancipacion? Fue responsable Park por actuar en nombre del Estado opresor o traidora por priorizar su ambicion personal? Cual es el costo de la libertad de genero? Para responder estas cuestiones era necesario conocer mejor la experiencia de las mujeres coreanas en la modernidad, y en ese recorrido me atrajo especialmente una historia que la pelicula ignora: la de las “mujeres de consuelo”.

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