La separación de Chechu Bonelli y Darío Cvitanich, ocurrida meses atrás, volvió a convertirse en un escándalo público por intercambios y publicaciones en redes sociales. Además, la relación de Ivana Figueiras con el exfutbolista generó más tensión: Ivana negó ser la causante de la ruptura y, según las notas, terminó su vínculo con el analista deportivo.
Ante la repercusión, Bonelli se manifestó pidiendo tranquilidad. Dijo estar bien pero sorprendida por lo ocurrido y destacó que necesita paz mental, proteger a sus hijas y mantener un perfil bajo para resguardar su trabajo. Contó que quiso ser sincera al relatar el proceso de separación, pero que la reacción del entorno fue negativa y por eso prefiere no seguir entrando en el tema.
Sobre los mensajes de Ivana, Bonelli afirmó que no había recibido ataques directos y expresó su deseo de que ambas partes sean felices por separado. Aclaró que su comunicación con Cvitanich se limita a lo estrictamente necesario por la crianza de sus tres hijas y que no quiere generar más conflictos ni juegos públicos. También rechazó sentirse culpable: explicó que fue dejada, que trabajó el proceso en terapia y que hoy se está recuperando mientras se hace cargo de su familia y su trabajo.
En relación con las supuestas amenazas que Ivana dijo haber recibido, Bonelli negó haber obligado a nadie a comentar o a actuar y calificó ese tipo de intercambios como inmaduros e innecesarios. Reiteró que ya existe un acuerdo tras el divorcio y que, por el bien de las hijas, prefiere no volver al pasado ni continuar la polémica.
