En San Fernando, la planta de Georgalos se convirtió en el epicentro de una nueva protesta: desde las 5:30 de la mañana del viernes, trabajadores despedidos se concentraron en las puertas de la empresa, acompañados por delegaciones sindicales, políticas, estudiantiles y de organismos de derechos humanos. El reclamo principal es la reincorporación de cuatro empleados con fallos judiciales firmes a su favor. La situación cobró un primer alivio cuando Alejandro Martínez, uno de los despedidos, pudo finalmente regresar a su puesto tras semanas de maniobras dilatorias de la empresa. Sin embargo, los trabajadores advierten que la lucha continuará hasta que todos los afectados sean reincorporados.
En el sector privado, la fábrica de colchones Bed Time, en Ricardo Rojas (Tigre), desató un conflicto laboral tras despedir a 16 trabajadores el pasado 29 de septiembre. Los empleados respondieron con un paro y acampe en los depósitos de la empresa, impidiendo la salida de productos a los puntos de venta. A pesar de la presión policial y la presión de la patronal para levantar las medidas de fuerza, los trabajadores mantuvieron su postura y denunciaron intentos de desmantelar la organización sindical interna.
Otro caso reciente se registró en RODO, empresa de artículos de cuero y marroquinería, donde se ejecutó un plan de despidos masivos en sucursales, afectando al personal del local de Unicenter, Martínez. El Sindicato de Comercio de Zona Norte se movilizó junto a los trabajadores despedidos para exigir la reincorporación inmediata y la intervención del Ministerio de Trabajo, que deberá definir la conciliación obligatoria y asegurar derechos laborales en un contexto de cambios en la modalidad comercial y un mercado afectado por la crisis económica.
Por último, en el ámbito público, los trabajadores municipales de San Isidro, principalmente barrenderos, se organizaron en reclamo del pago de un bono por productividad de $120.000 acordado en junio y que aún no fue abonado. Según Omar Arce, secretario general del STMSI, más de 450 empleados esperan definiciones y muchos deben cumplir jornadas extenuantes sin la compensación acordada. La falta de cumplimiento por parte del Ejecutivo municipal generó medidas de restricción horaria y nuevas protestas.
Los cuatro casos reflejan un patrón común: despidos masivos, incumplimientos de acuerdos y fallos judiciales, y un contexto económico que tensiona aún más las relaciones laborales en la región. Los sindicatos y agrupaciones políticas y estudiantiles advierten que continuarán con las medidas de lucha hasta garantizar la reincorporación de los trabajadores y la defensa de sus derechos.
