En un control realizado en la Ruta Nacional 5, en el kilómetro 244 de la provincia de Buenos Aires, agentes de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) detuvieron un vehículo por una irregularidad y sometieron a su conductor a un test de alcoholemia. El resultado fue de 2,24 gramos de alcohol por litro de sangre, superior a la tolerancia cero vigente en territorio bonaerense para todos los conductores.
Durante el operativo, el personal actuó según el protocolo. En el video del control se observa que, tras solicitar al conductor que retirara la boquilla utilizada para la prueba, los agentes le recordaron la prohibición de consumir alcohol y manejar en la provincia.
Ante la consulta, el hombre admitió haber tomado cerveza y reconoció que lo había hecho antes de iniciar el viaje: “Sí, sí, tomé”, respondió cuando le preguntaron sobre el consumo.
El conductor intentó explicar su estado argumentando cansancio y relatando que, tras una jornada agotadora y ante la insistencia de su acompañante, tomó el volante. Afirmó que venían de trabajar y que su compañero, que tenía alcoholemia cero, se había quedado dormido, por lo que él manejó un tramo.
Dijo que provenían de Santa Rosa, La Pampa, con destino a la ciudad de Buenos Aires, un recorrido de aproximadamente 600 kilómetros, pero el control obligó a interrumpir el viaje.
Como consecuencia, los agentes le retuvieron la licencia de conducir y labraron la infracción correspondiente. La sanción administrativa incluye una multa cercana a los $1.700.000 y la intervención de la Justicia, que podría disponer la inhabilitación para conducir por hasta dos años.
La ANSV recordó que el alcohol al volante altera la coordinación, reduce la visión, afecta el juicio y ralentiza los reflejos, y advirtió que conducir bajo sus efectos pone en riesgo la vida del conductor y de terceros según la normativa vigente en la provincia.
El peligro del alcohol al volante
Según la ANSV, en 2024 fallecieron 4.054 personas en 3.394 siniestros viales en Argentina. Aunque la cifra es inferior a la de 2017 (5.611 muertes) y se sitúa en el nivel más bajo desde 2008 —con la excepción del año de la pandemia—, en los incidentes con víctimas fatales un 22,1% involucró a conductores que habían consumido alcohol.
El informe integral del Observatorio Vial de la ANSV (2023) indicó que el 69,7% de las personas ingresadas a guardias hospitalarias tras un accidente admitió haber bebido en las seis horas previas, y el 69,8% reconoció haber consumido dos bebidas alcohólicas distintas o una bebida alcohólica junto con un ansiolítico.
En el perfil de quienes consumieron alcohol antes del accidente predominan los hombres (26,4%), seguidos por el grupo de 35 a 49 años (23,9%); le siguen los de 26 a 34 años (22,9%) y los menores de 25 (21%).
En cuanto a las consecuencias, entre los ocupantes de autos el 14,3% sufrió lesiones graves, el 42,9% moderadas y el 37,1% leves; en motocicletas, el 12% presentó lesiones graves, el 55,2% moderadas y el 32,2% leves.
En lo que va del año, la ANSV realizó 76.062 controles de alcoholemia, inspeccionó 3.262.137 vehículos y registró 11.916 alcoholemias positivas, es decir, alrededor del 0,4%. Esta baja proporción plantea dudas sobre la efectividad de los controles, ya que muchos conductores logran evitarlos al detectar su ubicación con anticipación.
Actualmente, 18 provincias argentinas aplican la normativa de alcohol cero al volante: Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Santiago del Estero, San Luis, Tierra del Fuego y Tucumán.
