En Belem, donde el rio Amazonas se encuentra con la selva, se celebra la COP30.
En ese escenario, activistas, comunidades y organizaciones realizaran una marcha simbolica en demanda del fin de los combustibles fosiles. Se trata de una accion publica destinada a llamar la atencion sobre la necesidad de cambiar el modelo energetico global.
La base fisica del problema es clara: la quema de petroleo, gas y carbon emite gases de efecto invernadero que atrapan calor y elevan la temperatura media del planeta. Esa relacion causa-efecto no es una opinion politica, sino el fundamento fisico del cambio climatico.
Los impactos ya son perceptibles: inundaciones que afectan ciudades, sequias que reducen cosechas, incendios que destruyen bosques y fenomenos meteorologicos extremos que danan comunidades costeras e interiores. Muchos de estos eventos estan vinculados a un sistema climatico alterado por las emisiones acumuladas.
Historicamente, los combustibles fosiles impulsaron la industrializacion. Sin embargo, su continuidad exige repensar una idea de progreso que hoy enfrenta limites claros. La energia renovable es hoy una alternativa competitiva: mas economica en muchos mercados, con mayor seguridad de suministro y potencialmente mas distribuida. En 2004 el mundo instalaba alrededor de 1 GW de capacidad solar al ano; en la actualidad esa cifra equivale aproximadamente a 1 GW cada 12 horas. Paises de la region, como Uruguay y Chile, muestran avances significativos en generacion limpia, y Brasil tambien registra progresos.
A pesar de estos avances, la region aun enfrenta contradicciones: exporta combustibles fosiles y, al mismo tiempo, importa productos energeticos procesados a mayor costo. Esa dinamica resulta economicamente ineficiente y plantea desafios ambientales y sociales importantes. America Latina cuenta con recursos y condiciones para liderar una transicion energetica, pero hacerlo requiere dejar atras modelos que la convierten en proveedor y no en beneficiaria de esa transicion.
La evidencia cientifica indica que, para limitar los riesgos mas severos del cambio climatico, no pueden desarrollarse nuevas explotaciones fosiles en la misma escala que hasta ahora. No obstante, persisten subsidios y politicas que sostienen esas fuentes, lo que retrasa la transicion y aumenta el costo de la adaptacion y la mitigacion.
La marcha simbolica en Belem pretende impulsar decisiones concretas, no rememorar un pasado. Busca senalar que existen alternativas tecnologicas y economicas y que las decisiones pendientes son en gran medida politicas y de gobernanza.
Los gobiernos reunidos en la COP30 deberan optar entre politicas que prioricen la proteccion de la vida y el bienestar, o medidas que preserven intereses economicos asociados a combustibles con futuro limitado. La inaccion acumulada incrementa los riesgos y los costos sociales y ambientales.
El acto en Belem aspira a ser el inicio de una transicion que se construya desde los territorios, promoviendo justicia climatica y soberania energetica en la region. Lo que esta en juego es la capacidad de las sociedades para seguir habitando de manera segura y sostenible los lugares donde viven.


