La posibilidad de que una superinteligencia artificial supere ampliamente las capacidades humanas ha dejado de ser mera ciencia ficcion. Eric Schmidt, exdirector ejecutivo de Google y presidente de Relativity Space, y Fei-Fei Li, profesora de Stanford y codirectora del Instituto de IA Centrada en el Ser Humano, debatieron con Peter Diamandis sobre como la IA avanzada podria transformar la vida humana en las proximas decadas.
Ambos expertos coinciden en que la IA ya supera a las personas en tareas concretas, y subrayan que el futuro dependera de la colaboracion entre humanos y maquinas, asi como de proteger la dignidad y la autonomia humana en un entorno cada vez mas automatizado.
En un evento celebrado en Arabia Saudita abordaron el concepto de superinteligencia. Schmidt la definio como una inteligencia comparable a la suma de todas las capacidades humanas o incluso superior a ellas. Aunque algunos pronostican su llegada en pocos anos, Schmidt considera que ese horizonte sera mas lejano, si bien admite que los avances recientes han superado expectativas. Li pidio matizar el uso del termino “superinteligencia” y sus implicaciones.
Senalaron que la IA ya ha alcanzado niveles superiores en areas como traduccion, calculo y acceso a grandes volumenes de informacion. Li defendio que la colaboracion entre humanos e IA sera la via mas productiva, pero advirtio que la creatividad y la abstraccion siguen siendo territorios en los que la inteligencia humana mantiene una ventaja.
Li ofrecio un ejemplo para ilustrar los limites actuales: si se entregan a un algoritmo todos los datos sobre el movimiento de las estrellas, ese algoritmo no deduciria por si mismo la ley de Newton, lo que evidencia restricciones en la capacidad de descubrimiento autonomo de la IA.
Schmidt anadio que, aunque los sistemas de IA pueden razonar y aprender, aun no replican la intuicion y la creatividad propias de los grandes innovadores. Ambos coincidieron en que para alcanzar una verdadera superinteligencia haria falta un avance algoritmico capaz de dotar a las maquinas de mayor flexibilidad para cambiar objetivos y adaptarse.
En lo economico, Schmidt estimo que la IA podria generar hasta 15 billones de dolares de valor para 2030, cambiando la base de la riqueza hacia la inteligencia computacional. Advirtio, no obstante, que ese crecimiento no garantiza una prosperidad compartida, que depende de politicas, geopolitica y mecanismos de distribucion.
Li senalo que la democratizacion de la IA podria mejorar el acceso a servicios como salud, transporte y conocimiento, pero insistio en que el juicio y el liderazgo humanos seguiran siendo necesarios. Ambos coincidieron en que la implementacion tecnologica debe orientarse para beneficiar al mayor numero posible de personas.
El debate tambien trato desafios globales y geopoliticos. Schmidt subrayo la ventaja de Estados Unidos en hiperescaladores, sostenida por mercados de capital y disponibilidad de chips avanzados, mientras que China figura como un competidor relevante con algunas limitaciones en infraestructura y acceso a tecnologia clave.
Li recomendo invertir en capital humano, en asociaciones estrategicas y en desarrollo tecnologico propio, y advirtio que no invertir en IA seria un error significativo. Ambos senalaron que regiones como Europa y Africa enfrentan retos particulares -altos costes energeticos o estructuras industriales y educativas menos solidas- que podrian agravar las desigualdades en el acceso y en los beneficios de la IA.
Schmidt preve que los avances mas destacados en los proximos anos surgiran en matematicas y software, ambitos en los que la IA puede operar sin las restricciones fisicas del mundo real.
Li mostro cautela sobre la idea de que todos los problemas fundamentales en ciencia y matematicas puedan resolverse rapidamente, recordando que la capacidad humana para formular nuevas preguntas seguira siendo esencial.
Ambos apostaron por una vida mas hibrida, que combine lo virtual y lo fisico en educacion, trabajo, ocio y medicina. Li, que lidera una empresa dedicada a crear modelos virtuales del mundo, espera que pasemos mas tiempo en entornos digitales, sin que la realidad fisica desaparezca; la clave sera hallar un equilibrio que potencie la productividad y el bienestar.
En un escenario donde la superinteligencia redefine posibles, Schmidt y Li enfatizan que la tecnologia debe servir a la dignidad y a la capacidad de accion humana, manteniendo al ser humano en el centro de los avances.
