IMPULSAN REFORMA LABORAL – La propuesta impulsada por el secretario de Trabajo, Julio Cordero, plantea “salarios dinámicos” que dependerán del desempeño individual y convenios colectivos con exigencias mínimas. Sindicatos y expertos advierten que el esquema podría debilitar derechos laborales y ampliar la brecha salarial.
El secretario de Trabajo, Julio Cordero, anticipó que la reforma laboral que prepara el Gobierno incluirá la figura del “salario dinámico” vinculado a la productividad y nuevos convenios con niveles mínimos de exigencia. Además, se busca establecer una clara diferenciación entre los trabajadores autónomos y quienes se desempeñan en relación de dependencia.
Durante su presentación en el 61° Coloquio de IDEA, Cordero señaló que “todas las cuestiones se pondrán sobre la mesa” en el debate del Consejo de Mayo, donde se abordará la modernización del sistema laboral argentino. En ese marco, explicó que los convenios colectivos actuales podrían transformarse en “convenios mínimos” que sirvan como piso para la actividad económica menos favorecida del país. A partir de ese punto, cada empresa de un mismo rubro tendría la posibilidad de mejorar las condiciones laborales y salariales en función de su capacidad y desempeño.
El funcionario sostuvo que el objetivo es dotar de mayor flexibilidad al sistema, garantizando la sostenibilidad de las empresas sin perder la protección básica de los trabajadores. “Los convenios deben reflejar la realidad de las empresas más desfavorecidas y permitir que otras mejoren sobre ese piso”, expresó.
Uno de los ejes principales será la implementación de los llamados “salarios dinámicos”, un esquema que busca premiar la productividad individual. Cordero indicó que la premisa de “igual salario por igual trabajo” debe contemplar instancias intermedias: un salario básico remunerativo garantizado y, sobre él, incentivos que reconozcan el mejor desempeño o la mayor eficiencia. Estos adicionales, aclaró, no estarán necesariamente atados a la inflación, sino al nivel de productividad alcanzado por cada trabajador o equipo.
“Cada actividad tiene condiciones distintas, y debemos determinar qué factores justifican las diferencias salariales dentro de un mismo sector”, explicó el secretario. En esa línea, insistió en la necesidad de revisar los convenios vigentes para detectar cláusulas que “entorpecen los procesos de producción” y adaptarlos a las nuevas realidades del empleo.
Otro punto relevante del proyecto oficial será la delimitación entre el trabajo autónomo genuino y las relaciones laborales encubiertas bajo figuras como el monotributo. Cordero remarcó que la reforma buscará “dejar bien establecido qué es verdaderamente autónomo” para evitar que se usen contratos independientes con el fin de evadir obligaciones laborales o previsionales.
El funcionario también subrayó que la reforma laboral requerirá consenso con las organizaciones sindicales, aunque reconoció que muchos gremios atraviesan procesos internos de debate que podrían ralentizar las negociaciones. Aun así, confió en que el nuevo esquema permitirá una mayor adaptabilidad del mercado laboral, premiará el mérito y la productividad, y fomentará la formalidad en sectores actualmente precarizados.
Con esta iniciativa, el Gobierno apunta a combinar flexibilidad y estabilidad, buscando un modelo que incentive la competitividad sin perder las garantías básicas de los trabajadores.
