2 de diciembre de 2025
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Vapear podría aumentar el riesgo de diabetes y prediabetes

El crecimiento del vapeo podría estar generando un problema de salud pública poco visible. Un estudio de la Universidad de Georgia, publicado en AJPM Focus, señala que los cigarrillos electrónicos aumentan de forma significativa el riesgo de prediabetes y diabetes, con efectos comparables a los del tabaco convencional.

La investigación, dirigida por Sulakshan Neupane, cuestiona la idea de que vapear sea una alternativa inocua y pone de relieve consecuencias metabólicas que hasta ahora habían recibido menos atención.

Análisis masivo: vapeo, tabaco y alteraciones metabólicas

El equipo examinó más de 1,2 millones de registros del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo Conductuales de Estados Unidos en la investigación, lo que permitió identificar asociaciones entre el uso de cigarrillos electrónicos, el consumo de tabaco tradicional y la presencia de trastornos metabólicos, como prediabetes y diabetes.

Los datos muestran que quienes vapean tienen aproximadamente un 7% más de riesgo de desarrollar prediabetes frente a quienes nunca han usado estos dispositivos. Entre los usuarios duales —los que combinan o alternan cigarrillos electrónicos y convencionales— el riesgo aumenta alrededor de un 28%.

El estudio también encontró que dejar tanto el tabaco tradicional como el vapeo reduce la probabilidad de complicaciones metabólicas, mientras que sustituir el cigarrillo convencional por el electrónico no elimina los riesgos asociados con la glucosa en sangre y la resistencia a la insulina.

Además, los efectos no son homogéneos: las personas hispanas y negras, y quienes viven en condiciones socioeconómicas desfavorables, presentan una mayor incidencia de prediabetes y diabetes vinculada al consumo de nicotina. El análisis indica que los individuos con ingresos más bajos enfrentan cerca de un 12% adicional de riesgo, y la presencia de sobrepeso, obesidad o enfermedades previas amplifica estos efectos. Estos hallazgos subrayan la necesidad de políticas de prevención que consideren la vulnerabilidad social y las desigualdades en el acceso a la salud.

Actividad física: protección ante un problema emergente

El estudio identifica asimismo la actividad física regular como un factor protector relevante: quienes realizan ejercicio con frecuencia reducen el riesgo de prediabetes en torno a un 8%, incluso entre fumadores. En un contexto de aumento del sedentarismo y del uso de dispositivos electrónicos, promover la actividad física puede ser una estrategia útil para limitar el impacto metabólico.

Salud pública ante desafíos crecientes

Los autores advierten sobre el rápido crecimiento del consumo de cigarrillos electrónicos, especialmente entre jóvenes, y sobre la posibilidad de que esta expansión contribuya a un aumento silencioso de casos de prediabetes y diabetes. Recomiendan que las iniciativas de salud pública amplíen su enfoque más allá de los daños respiratorios para incluir también los riesgos metabólicos. Según los investigadores, “nuestros hallazgos deberían fundamentar las estrategias de salud pública y cuestionar la suposición de que el vapeo es una alternativa ‘segura’”.

La conclusión del equipo de la Universidad de Georgia enfatiza la necesidad de revisar el discurso social e institucional sobre la supuesta inocuidad del vapeo y de avanzar en regulaciones, campañas de prevención y medidas dirigidas a los jóvenes y a los grupos más vulnerables. La atención a la equidad en salud y la educación sobre hábitos saludables se presentan como elementos clave para mitigar un riesgo crónico y en gran parte silencioso.

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