1 de diciembre de 2025
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Incendio en Ezeiza revive explosion en Dock Sud y temor por Buenos Aires

Lo recuerdo con nitidez: tenia seis anos, sentado frente al televisor con un vaso de jugo en la mano, y miraba el programa Mesa de Noticias como rutina familiar de esa hora.

El jugo se me volco cuando un sobresalto me sacudio del asiento. Mi madre, que cocinaba en la cocina, fue hasta el balcon del decimo piso para mirar hacia el rio y el Polo Petroquimico de Dock Sud, la zona que la gente llamaba Villa Inflamable.

Sono el telefono; lo atendi yo. Era mi padre, Hector, llamando desde su trabajo en Sarandi. A lo lejos, desde nuestro balcon, se veia un gran incendio que cubria el horizonte con humo y llamas.

Mi padre, tratando de mantener la calma, pregunto si estabamos bien y pidio hablar con mi madre. En la familia volvio a resonar el miedo de anos previos, vinculado a la guerra de Malvinas y a la inquietud de que instalaciones estrategicas pudieran ser atacadas.

Yo, con curiosidad infantil, preguntaba a los adultos que podia pasar. Me respondian con alarma que, si el incendio alcanzara las destilerias, las consecuencias podrian ser muy graves para gran parte de Buenos Aires.

Desde el balcon vimos no solo el resplandor del fuego sino tambien las columnas de bomberos y las luces de emergencia en las avenidas. La sirena del cuartel cercano no dejaba de sonar, y desde entonces el sonido de un camion de bomberos me provoca una sensacion de ansiedad.

Los primeros minutos estuvieron marcados por el desconcierto. Llamaron parientes y vecinos desde edificios cercanos: todos estabamos a pocas cuadras y observabamos como el cielo sobre Avellaneda se tornaba naranja.

Mi memoria se vuelve confusa despues de esas primeras horas. Se que finalmente no evacuamos, pero no recuerdo exactamente como nos enteramos de que la causa del desastre fue la explosion de un buque petrolero.

El barco involucrado pertenecia a la flota de YPF y estaba descargando combustible en el Docke. La onda expansiva rompio ventanas y techos en barrios proximos, sobre todo en Dock Sud e Isla Maciel, donde muchas viviendas eran precarias.

En el contexto politico de entonces, con tensiones entre el gobierno de Raul Alfonsin y las Fuerzas Armadas por los juicios a las Juntas, enseguida surgieron especulaciones sobre un posible atentado. La informacion mediatica llegaba con lentitud, muchas veces al dia siguiente en los diarios.

A la manana siguiente se confirmo la gravedad del hecho: hubo muertos y desaparecidos entre los operarios que estaban a cargo de la descarga. Algunos trabajadores sobrevivieron tirandose al agua y nadando hasta la darsena del puerto.

Horacio Esteban Lalosevich, comandante de Bomberos de Dock Sud, recordo que la explosion sorprendio mientras reparaban un corte de luz y que el cielo se volvio rojo antes de la detonacion.

Lalosevich tambien conto que el combate contra el fuego se hizo desde tierra y desde el rio; equipos de la Prefectura y bomberos trabajaron durante noches seguidas junto al canal, y el episodio quedo grabado en la memoria del barrio.

El buque tanque Perito Moreno media 172 metros de eslora y tenia una capacidad total de 25.386 metros cubicos en 21 tanques. Habia sido construido en 1966 en El Ferrol, Espana.

Inicialmente se lo habia bautizado como Hipolito Yrigoyen, pero su nombre fue cambiado durante la dictadura para honrar al explorador Perito Moreno.

El dia del siniestro el buque habia llegado con una carga de 13.000 metros cubicos; para las 20:15 ya habia descargado alrededor de 10.000. Aunque la tripulacion habitual era de 41 hombres, en el momento de la maniobra habia solo 13 personas a bordo.

La explosion partio al buque en dos. Testigos describieron columnas de fuego que se elevaban decenas de metros.

Seis de los desaparecidos nunca fueron encontrados; sus cuerpos no aparecieron entre los restos ni en el rio.

Las cronicas de la epoca senalaron que el fuego afectaba la parte media del barco, donde se encontraba un tanque con unos 3.000 metros cubicos de crudo, lo que aumentaba el riesgo de nuevas detonaciones.

El combate contra el incendio fue una carrera contra el tiempo y el viento, con la preocupacion de que las llamas se extendieran hacia las destilerias y pusieran en peligro a todo el sector industrial y a las poblaciones cercanas.

El bombero Daniel Blanco relato que, en sus primeras tareas, intentaron refrigerar tanques de una planta cercana y que, en ese momento, se produjo una segunda explosion en el Perito Moreno.

Blanco describio la sensacion de panico y la reaccion instintiva para ponerse a salvo, narrando que cayo a tierra tras el impacto y que penso que no iba a salir con vida de esa situacion.

Al dia siguiente, cuando el incendio aun no estaba controlado, el presidente Raul Alfonsin se acerco al lugar del desastre, pese a las recomendaciones de sus colaboradores por el riesgo latente.

El incendio se considero controlado el 9 de julio. Tras el suceso comenzo la movilizacion de vecinos y organizaciones ambientales para reclamar el traslado de las viviendas precarias de Villa Inflamable y exigir mayores controles en el polo petroquimico; algunos reclamos obtuvieron respuesta, otros permanecen pendientes.

En Avellaneda, los recuerdos de aquella noche siguen vivos. Entre las personas mayores, la inquietud perdura: ante cualquier ruido inusual, muchos todavia miran hacia el rio y revisan el horizonte desde el balcon.

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