1 de diciembre de 2025
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Hallan dinosaurios en la Amazonia

Durante decadas predomino la idea de que la Amazonia no podia conservar evidencia fosil de dinosaurios: su ambiente humedo, dinamico y de intensa actividad biologica parecia incompatible con el registro paleontologico a gran escala.

Un equipo de la Universidad Federal de Roraima (UFRR) demostro que esa vision no era completa. El descubrimiento en la cuenca del Tacutu abrio una nueva laguna en la cronologia sudamericana y cambio esa percepcion.

Las huellas se localizaron en el municipio de Bonfim, en el extremo norte de Brasil, cerca de la frontera con Guyana. Se identificaron mas de diez impresiones en una secuencia rocosa del transito Jurasico-Cretacico, con una antiguedad superior a los 103 millones de anos, lo que confirmo por primera vez que dinosaurios caminaron por lo que hoy se considera Amazonia, pese a que hasta entonces solo se conocian fosiles en otras regiones del pais.

El estudio que documenta el hallazgo partio de una observacion inesperada: las marcas correspondian a varios grupos distintos, lo que revelo un ecosistema mas diverso de lo anticipado. Entre las huellas se reconocieron formas atribuidas a teropodos, depredadores bipedos y agiles que dominaron muchos ecosistemas.

Otras senales se asociaron a ornitopodos, herbivoros bipedos que se organizaban en manadas, y a xireoforos, dinosaurios acorazados con placas en la parte superior del cuerpo. No fue posible asignar las pisadas a especies concretas, pero el conjunto forma un mosaico de trazas variado e inesperado.

El hallazgo provoco un movimiento inmediato entre paleontologos: por primera vez habia evidencia directa de dinosaurios en una zona del continente que hasta entonces se consideraba adversa para la conservacion de restos fosiles.

Especialistas se movilizaron para entender como ese sector amazonico logro resistir la erosion, las fluctuaciones en el nivel de agua y la dinamica geologica intensa propia de la region.

En Tacutu la historia geologica fue distinta. Segun el investigador Lucas Barros, en ese periodo la cuenca funcionaba como un valle muy humedo, con multiples cauces fluviales y abundante vegetacion. El barro registraba las pisadas, que al secarse y endurecerse quedaban enterradas por sedimentos posteriores y se transformaban en capas rocosas capaces de soportar la erosion.

Barros resumio asi el ambiente: “el Tacutu habria sido un valle con varios canales fluviales que corrian juntos. Era un lugar con abundante agua y vegetacion”. En esas condiciones las impresiones quedaron profundas y estables, preservadas durante millones de anos.

La conservacion dependio tambien de una franja de vegetacion de tipo sabana que aun persiste en la cuenca. Esa zona mas abierta impidio que la selva cubriera completamente ciertos afloramientos, dejando expuestas superficies rocosas accesibles para la observacion.

Gracias a esa ventana geologica, los investigadores hallaron no solo huellas, sino tambien fosiles de plantas, restos de invertebrados, troncos petrificados e impresiones de hojas.

“Esta franja de sabana nos permite encontrar afloramientos en las rocas y verificar si contienen algun material fosil”, explico Barros. En consecuencia, la Amazonia ofrecio una excepcion valiosa a la percepcion de que su propio ambiente borra rastros antiguos.

El hallazgo que espero once anos

La historia del descubrimiento comenzo en 2014, cuando estudiantes de geologia de la UFRR realizaron una salida de campo dirigida por el profesor Vladimir Souza.

En ese momento la universidad carecia de un especialista en paleoecologia y de equipamiento adecuado para un analisis exhaustivo. Preocupados por la posible apropiacion del sitio por otros grupos, los investigadores optaron por mantener el hallazgo en reserva hasta tener condiciones para trabajarlo.

El proyecto permanecio archivado durante anos hasta que, en 2021, Lucas Barros reexamino el material con el apoyo del paleontologo Felipe Pinheiro, de la Universidad Federal de Pampa (Unipampa). Juntos combinaron trabajo de campo, analisis detallado y tecnicas modernas.

La fotogrametria permitio generar modelos 3D de alta precision y ofrecer una nueva interpretacion del registro. Con estas herramientas Barros amplio la prospeccion y detecto afloramientos que no habian sido identificados en 2014.

La revision transformo lo que parecia un conjunto aislado en un yacimiento amplio y prometedor. Barros estima que la cuenca del Tacutu podria contener centenares de huellas aun por estudiar. Durante la investigacion hallo nuevas areas en el Territorio Indigena Jabuti y cuatro zonas con gran potencial cientifico. La cantidad y la diversidad de rastros crecieron: distintas profundidades, tamanos y orientaciones apuntan a dinamicas ecologicas complejas que aun se deben aclarar.

El caso de Tacutu recuerda otros episodios de la paleontologia sudamericana en los que observaciones modestas abrieron grandes lineas de investigacion. Estas huellas no solo representan un avance cientifico, sino tambien un punto de partida para preguntas sobre rutas migratorias, ecosistemas amazonicos del pasado y la conexion entre las faunas del norte y del centro de Brasil.

La lectura del paisaje actual tambien orienta futuras exploraciones: la alternancia entre areas boscosas y zonas abiertas facilita la identificacion de afloramientos sin la cobertura inmediata de la vegetacion tropical.

Esta configuracion, poco comun en la Amazonia, funciono como una ventana natural al pasado. La erosion dejo al descubierto rocas enterradas desde el Cretacico, posibilitando la deteccion de huellas que en otros sectores de la selva se habrian degradado.

La investigacion enfrenta ademas desafios sociales. Muchos sitios prometedores estan en manos privadas y algunos ganaderos temen que la presencia de investigadores derive en conflictos territoriales, demarcaciones o expropiaciones.

Esos temores dificultan el acceso y retrasan estudios mas detallados. Aun asi, Barros y su equipo trabajan en acuerdos para continuar las exploraciones de forma responsable y transparente.

Los investigadores sostienen que Tacutu podria convertirse en uno de los yacimientos icnologicos mas relevantes de Sudamerica. La posibilidad de que la Amazonia guarde un capitulo paleontologico tan amplio obliga a reconsiderar el mapa fosil del pais y del continente.

Una region que parecia borrar su propia historia ha mostrado que conserva relatos mas profundos de lo pensado. Bajo la selva hay un registro prehistorico que apenas comienza a aflorar.

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