El expresidente de Guinea-Bissau, Umaro Sissoco Embaló, arribó este sábado a Brazzaville, capital de la República del Congo, tras salir de su país como consecuencia del reciente golpe militar. Fue recibido por el presidente congoleño Denis Sassou Nguesso, quien aprobó su solicitud de asilo político.
El desplazamiento de Embaló se inició después de que fuera detenido el miércoles por efectivos militares, apenas horas antes de que se dieran a conocer los resultados oficiales de las elecciones presidenciales y legislativas celebradas el domingo anterior.
El mandatario depuesto fue trasladado a Senegal el jueves, donde permaneció brevemente luego de negociaciones entre las autoridades de Dakar y los nuevos líderes de Bissau. Fuentes cercanas al entorno presidencial congoleño señalaron que Embaló llegó a Brazzaville en un jet privado facilitado por las autoridades del Congo, prolongando así un exilio forzado lejos de la crisis en su país.
El traslado a Senegal contó con la autorización del presidente senegalés Bassirou Diomaye Faye, pero encontró oposición del primer ministro Ousmane Sonko, quien advirtió que la presencia de Embaló podría tener consecuencias políticas para Senegal.
Sonko puso en duda la naturaleza del golpe, afirmando que “existe la percepción de un complot”, y exigió que la comisión electoral anunciara formalmente los resultados. Sus declaraciones evidenciaron tensiones internas entre autoridades y partidos en la región, agravadas por la inestabilidad en Guinea-Bissau.
Según el medio Confidentiel Afrique, Embaló optó por la República del Congo debido al aislamiento político de Guinea-Bissau, que fue suspendida tanto de la Unión Africana (UA) como de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
Ambas organizaciones regionales apartaron a Guinea-Bissau de sus órganos de decisión tras la oficialización del golpe en la televisión estatal. La UA aprobó una resolución de “tolerancia cero con los cambios inconstitucionales de gobierno” y condicionó el levantamiento de sanciones al restablecimiento del orden constitucional.
El golpe se produjo mientras el recuento de las elecciones aún no concluía y tanto Embaló como el opositor Fernando Dias reclamaban la victoria.
En ese contexto, el mando militar anunció el viernes la designación del general Horta N’Tam, hasta entonces jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, como presidente de la transición, bajo la supervisión del Alto Comando Militar para el Restablecimiento de la Seguridad Nacional y el Orden Público.
La acción militar en Guinea-Bissau recibió condenas internacionales. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, señaló que lo ocurrido constituye una violación de los principios democráticos.
El expresidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, describió la intervención como un “golpe ceremonial” y cuestionó las circunstancias que rodearon el derrocamiento.
Guinea-Bissau vuelve a situarse en el centro de una crisis institucional. Desde su independencia de Portugal en 1974, el país ha sufrido cuatro golpes de Estado consumados y varios intentos fallidos.
Esta inestabilidad, junto con problemas de seguridad y vacíos de poder, ha sido aprovechada por redes criminales; por ello Guinea-Bissau es considerada un punto estratégico en las rutas de narcotráfico entre Sudamérica y Europa.
(Con información de Europa Press, AFP, Euro News, EFE)


