La Unión Europea informó que prepara un nuevo paquete de sanciones contra Bielorrusia, a la que acusa de llevar a cabo una “campaña híbrida” contra Lituania mediante el envío creciente de globos con mercancía de contrabando. Esos vuelos han obligado a cerrar aeropuertos y a reforzar la vigilancia aérea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló en la red social X que la situación en la frontera “está empeorando” y pidió una respuesta coordinada del bloque.
El Gobierno lituano, liderado por el presidente Gitanas Nausėda, cerró su frontera con Bielorrusia en octubre tras detectar decenas de globos que, según las autoridades lituanas, habían entrado en su espacio aéreo con cargamentos de cigarrillos ilegales. El cierre dejó miles de camiones retenidos en territorio bielorruso y desató un intercambio de acusaciones entre ambos países, cuya relación ha sido tensa en los últimos años.
Von der Leyen indicó que la UE está ultimando medidas adicionales en el marco de las sanciones vigentes desde 2020, cuando se sancionó al régimen de Aleksandr Lukashenko por la represión interna y, más adelante, por su apoyo a la invasión rusa de Ucrania en 2022. El régimen bielorruso ha sido sancionado sucesivamente por la persecución de la oposición, la instrumentalización de migrantes y la cooperación militar con Moscú.
Ese mismo día, Bielorrusia citó al encargado de negocios lituano en Minsk, Erikas Vilkanecas, para protestar por la supuesta incursión de un dron procedente de suelo lituano. El Ministerio de Exteriores bielorruso afirmó en un comunicado que se trató de una “violación” de su frontera y que el aparato habría sido programado para regresar a Lituania tras sobrevolar parte de su territorio.
Las autoridades bielorrusas dijeron que, tras revisar datos de navegación y material audiovisual, concluyeron que el vuelo del dron suponía una amenaza para su seguridad y una infracción del derecho internacional. El portavoz del ministerio, Ruslan Varankov, sostuvo que el incidente encajaba en un patrón de supuestas provocaciones por parte de Vilna.
Lituania rechazó semanas atrás que el cierre fronterizo tuviera el objetivo de aumentar la tensión y acusó a Minsk de emplear a los conductores de camiones como instrumento de presión. Vilna describió la situación de los transportistas retenidos en Bielorrusia como “chantaje”, dado que la mercancía retenida representa pérdidas millonarias para empresas lituanas.
El Servicio Europeo de Acción Exterior convocó asimismo al representante diplomático de Bielorrusia ante la UE para presentar una protesta formal por actos que considera “híbridos” y que, a su juicio, “suponen una amenaza para la Unión”. Bruselas sostiene que los vuelos de globos con contrabando y la crisis de los camiones forman parte de una estrategia más amplia del Gobierno de Lukashenko para desestabilizar a países vecinos.
Las tensiones entre Lituania y Bielorrusia aumentaron desde 2021, cuando la UE acusó a Minsk de facilitar la llegada de migrantes desde Oriente Medio hacia las fronteras de Lituania y Polonia, en lo que la Comisión Europea calificó como un intento deliberado de instrumentalizar los flujos migratorios para presionar al bloque comunitario.
La UE mantiene desde hace cuatro años un régimen de sanciones progresivas que incluye restricciones financieras, prohibiciones de viaje y congelación de activos contra dirigentes bielorrusos, entre ellos Lukashenko y miembros de su entorno. La Unión acusa al mandatario, en el poder desde 1994, de sostener un gobierno autoritario y de actuar como aliado estratégico de Rusia.
El deterioro de las relaciones entre Minsk y Vilna debe entenderse en el contexto regional marcado por la guerra en Ucrania: Bielorrusia permitió que Rusia utilizara su territorio como plataforma para la invasión de febrero de 2022, lo que aumentó la percepción de amenaza en las repúblicas bálticas. La UE debe ahora definir el alcance del nuevo paquete de sanciones, que podría incluir la ampliación de personas designadas y nuevas restricciones económicas, con el objetivo de frenar la presión sobre la frontera europea y enviar una señal política al Gobierno de Lukashenko.
