“El vapeo destruye el pulmón, altera el desarrollo y debería ser un tema central en la agenda de salud pública”, advirtió Fernando Burgos, pediatra del Hospital Austral y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Un error frecuente en la percepción social es minimizar sus daños. La evidencia indica que los cigarrillos electrónicos afectan seriamente los pulmones de jóvenes y adultos, subrayó el especialista en una entrevista en Infobae en Vivo.
En el programa de la mañana, conducido por Gonzalo Sánchez, Maru Duffard, Ramón Indart y Cecilia Boufflet, Burgos señaló que ver a chicos de 12 o 13 años usando vapeadores es alarmante y que muchos padres no advierten el problema hasta que ya es grave. “El vapeo puede matar”, afirmó.
Los datos respaldan la preocupación: en 2023 el 8% de los estudiantes secundarios argentinos declaró haber vapeado. Aun así, socialmente se tiende a percibir como una moda o una alternativa “menos dañina” al cigarrillo tradicional.
Burgos remarcó que la situación exige intervención urgente. Hay una creencia errónea promovida por la industria y la publicidad, incluidas redes sociales y entornos escolares, que presenta el vapeo como algo tecnológico y atractivo, sin advertir sobre la exposición a sustancias adictivas y tóxicas. En Argentina, ANMAT prohíbe estos productos desde 2011, pero siguen circulando en kioscos, redes sociales y puntos de venta cercanos a golosinas; su comercialización y promoción es ilegal.
Explicó que muchos adolescentes adoptan el vapeo como símbolo de estatus, potenciado por la variedad de sabores y aromas. Contó el caso de un paciente de doce años que llevó un vapeador al consultorio como si fuera un objeto común. Aunque algunos dispositivos dicen no contener nicotina, a menudo la contienen; además pueden incluir metales y compuestos como plomo, cadmio, zinc, formaldehído y glicoles, que perjudican pulmones y torrente sanguíneo en edades de desarrollo.
Según Burgos, los daños no se limitan al aparato respiratorio: el vapeo puede causar EVALI (lesión pulmonar asociada al uso de e-cigarettes o productos de vapeo), que puede evolucionar rápidamente a fibrosis y pérdida de función pulmonar. También afecta el neurodesarrollo, facilita la dependencia, puede dañar la función renal y eleva el riesgo de infartos incluso en adolescentes sin otras enfermedades.
Rechazó la comparación entre vapeadores y cigarrillos tradicionales: “No hay escala de daño aceptable. Vaporizar no es menos malo.” Indicó que aproximadamente cuarenta inhalaciones de vapeo pueden equivaler en nicotina a un atado de cigarrillos.
La facilidad de acceso y la aplicación insuficiente de las normas agravan el problema. Aunque ANMAT sancionó la venta, importación y promoción, el control estatal no es suficiente y la publicidad engañosa continúa sumando consumidores que fácilmente adquieren estos productos.
Además, el uso no suele ser sancionado en la práctica: un menor puede vapear en espacios públicos sin consecuencias inmediatas, mientras que la ilegalidad se concentra en la venta, distribución y promoción, que igualmente persisten.
Burgos insistió en la necesidad de campañas de información para desmontar mitos: no hay evidencia sólida de que el vapeo calme la ansiedad o ayude a dejar de fumar. Por el contrario, produce adicción, aumenta la irritabilidad y el aislamiento emocional, y amplifica los riesgos cardiovasculares: los compuestos que se generan al calentarse pueden endurecer las arterias, elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, exponiendo aún más a adolescentes en situaciones de estrés.
Diagnosticó además una estrategia comercial dirigida a niños y adolescentes: sabores frutales, colores llamativos, personajes infantiles, dispositivos con apariencia de juguete y venta cercana a golosinas en kioscos, todo pensado para captar consumidores más jóvenes.
La ausencia de olor y rastro típico del cigarrillo tradicional facilita que muchos padres no adviertan la presencia del vapeo.
En cuanto a la respuesta del sistema, planteó la urgencia de una política integral y coordinada: no puede haber grietas en salud pública. Educación y prevención son responsabilidad de escuelas, consultorios, familias y medios. El mensaje debe ser claro: vapear en la adolescencia es peligroso, dañino y adictivo. Reclamó campañas masivas, fiscalización estricta y un compromiso social para frenar este riesgo sanitario.
La entrevista completa sobre vapeo en adolescentes
Infobae en Vivo ofrece todos los días entrevistas, análisis e información destacada en un formato cercano y dinámico en YouTube.
• De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, María Eugenia Duffard , Ramón Indart y Cecilia Boufflet.
• De 18 a 21: Jesica Bossi, Diego Iglesias, Virginia Porcella y Federico Mayol.
Actualidad, charlas y protagonistas, en vivo. Seguinos en nuestro canal de YouTube @infobae.


