Siria inicio este martes en el Palacio de Justicia de Alepo el primer juicio contra sospechosos vinculados a la ola de violencia sectaria de marzo, un estallido que dejo cerca de 1.500 muertos -la mayoria civiles alauitas- y que fue la peor matanza desde la caida del exdictador Bashar al-Assad en diciembre de 2024. Para el gobierno interino del presidente Ahmad al-Sharaa, el proceso es un hito en su intento de rendicion de cuentas tras decadas de autoritarismo.
La audiencia publica reune a catorce acusados: siete presuntos partidarios de Assad y siete miembros de las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno. Segun fuentes judiciales, se les imputan delitos como sedicion, incitacion a la guerra civil, pertenencia a banda armada, asesinato, saqueo y ataques contra puestos de control e instalaciones del Estado.
Un funcionario senalo que estos procesamientos son solo una parte de mas de 560 sospechosos remitidos a los tribunales tras una investigacion gubernamental que duro varios meses. El fiscal general formulo cargos contra unas 300 personas vinculadas a facciones armadas afiliadas al ejercito y contra alrededor de 265 integrantes de grupos paramilitares de la era Assad.
El viceministro de Justicia, Mustafa al-Qassem, dijo que este juicio inaugura una fase mas amplia de rendicion de cuentas: “Los juicios no se limitaran a las violaciones costeras. Continuaran incluyendo a los principales criminales que perpetraron crimenes y asesinatos en masa en anos anteriores”.
La violencia de marzo: de una emboscada a masacres sectarias
La violencia de marzo comenzo cuando grupos armados afines a Assad emboscaron a fuerzas del nuevo gobierno. La contraofensiva posterior derivo en ataques de represalia contra comunidades alauitas en la costa -la minoria a la que pertenece el exdictador-, con cientos de victimas.
Una investigacion previa de Reuters indico que las fuerzas sirias mataron a cerca de 1.500 alauitas entre el 7 y el 9 de marzo, en represalia por una rebelion de un dia organizada por antiguos oficiales leales a Assad, que dejo 200 miembros de las fuerzas de seguridad muertos, segun el gobierno.
La comision oficial no encontro pruebas de que el gobierno interino hubiera ordenado ataques contra civiles alauitas. No obstante, la ONU determino en agosto que la violencia perpetrada por facciones vinculadas al nuevo gobierno y por grupos leales a Assad fue “generalizada y sistematica”. El organismo documento que, durante los allanamientos, se preguntaba a los civiles si eran sunitas o alauitas y que luego hombres y menores alauitas eran separados y asesinados.
Un proceso controvertido
Aunque el Ejecutivo presenta el juicio como el inicio de una justicia independiente, opositores y colectivos alauitas lo califican de puesta en escena politica. Senalan falta de transparencia y garantias para investigar a todas las partes implicadas.
La audiencia televisada tuvo momentos tensos. El juez pregunto a los acusados si eran militares o civiles y, en uno de los interrogatorios, exhibio un video que supuestamente mostraba un asesinato selectivo. “En el video se ve claramente como matas a la persona que esta arrodillada”, dijo el juez; el acusado respondio que las imagenes eran falsas.
Tambien asistieron familiares de los procesados. Ayman Bakkour dijo a The Associated Press que su hijo, miembro de la 82. Division Militar del gobierno, lleva detenido al menos siete meses. “Mi hijo fue arrestado por infracciones en la costa”, afirmo Bakkour, de la provincia de Idlib, a las afueras del juzgado. “Hubo enfrentamientos y el grabo un video que se viralizo por accidente. Ahora esta siendo procesado”. El juez suspendio la sesion inaugural y reprogramo la proxima audiencia para diciembre.
Una prueba crucial para el futuro de Siria
El inicio del juicio responde a presiones internas y externas para que el gobierno de Sharaa demuestre avances en justicia y derechos humanos, condiciones clave para aliviar su aislamiento diplomatico y aspirar al levantamiento de sanciones estadounidenses. No obstante, es incierto cuanto duraran los procedimientos, dada la magnitud de la violencia y el numero de sospechosos.
Para el presidente Ahmad al-Sharaa, que asumio tras la caida de Assad, el desafio es doble: estabilizar un pais devastado y mostrar que la nueva Siria es diferente del regimen que goberno durante 54 anos.
Sharaa ha calificado la violencia como una amenaza directa a su proyecto de unificacion y ha prometido perseguir responsabilidades. Un alto funcionario del Ministerio de Justicia afirmo: “Los juicios… marcaran el inicio de un largo proceso”.
Mientras tanto, la poblacion siria -en particular la comunidad alauita, profundamente traumatizada por las masacres- observa el proceso con una mezcla de esperanza y escepticismo. El juicio puede ser un paso hacia la reconciliacion o convertirse en un nuevo foco de tension si no se conduce con rigor y transparencia.
(Con informacion de agencias)
