Con mas de treinta anos de carrera que la consolidaron como una de las figuras mas relevantes de la musica popular argentina, Soledad Pastorutti jamas dejo de mantener vinculos con su tierra natal. Nacida en Arequito hace 45 anos, su nombre se asocia de forma natural con esa ciudad santafesina, donde conserva recuerdos y una relacion permanente con su lugar de origen, donde sigue viviendo a pesar de haber llevado su musica por todo el mundo.
Ese fue el eje del ultimo episodio de Camino a casa, el bio-reality conducido por Cristina Perez, que segun la presentadora propone a cada invitado regresar a un lugar querido: “es un viaje a la infancia”, dijo en una entrevista con Teleshow. En el programa, la visita a Arequito permitio a la cantante reencontrarse con los espacios y los afectos de su pasado.
Durante el recorrido visito la casa donde nacio, la escuela donde estudiaron ella y sus hijas, y se reencontro con su primer profesor de guitarra. Ademas, mientras paseaba por la ciudad acompanada por sus amigas Carolina y Belen y rememoraban travesuras de la adolescencia en la plaza, aparecio Mauro, su primer amor, lo que le dio un nuevo matiz a la visita.
Ante la pregunta de la conductora sobre si aquel fue el primer flechazo para ambos, respondieron afirmativamente casi al unisono. Ubicaron esa relacion en sexto grado, y la intervencion de Florencia y Julieta, primas de Soledad, aporto mas anecdotas al relato.
En la plaza recordaron los dias que pasaban juntos, una costumbre que se mantuvo hasta el colegio secundario, cuando la vida los fue separando. Soledad recupero entonces un apodo de la infancia -“Speedy Gonzalez”- para aludir a su rapidez, un rasgo que compartia con Mauro y que los llevaba incluso a competir entre si.
Al revivir aquellos recuerdos, Mauro comento que no habia encontrado las cartitas que se escribian de chicos; Soledad bromeo diciendo que su madre seguramente las guardo. Tambien recibio un elogio por su caligrafia, y la conductora se conmovio al recordar que se mandaban cartas a los diez anos, una muestra de aquellos lazos infantiles que perduran.
Es sabido que Soledad y su esposo Jeremias decidieron criar en Arequito a sus hijas, Regina y Antonia. A pesar de los compromisos profesionales en el pais y en el exterior, la cantante opto por vivir en una casa amplia en su pueblo natal, llevando una vida familiar tranquila, rodeada de naturaleza y animales. La propiedad, situada en las afueras sobre la ruta, es tan extensa que alli viven tambien varios familiares. En una etapa vivio en Buenos Aires por motivos de trabajo y los fines de semana regresaba a Arequito; con el tiempo prefirieron no residir en la ciudad y comenzaron a construir su casa en la zona. Cuando se casaron en 2007, la vivienda aun estaba en obra, por lo que durante un tiempo vivieron en la casa de los padres de la artista hasta poder mudarse definitivamente.
