1 de diciembre de 2025
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Fósil de pie de 3,4 millones de años confirma nueva especie de homínido

Un enigma que permaneció sin resolverse durante más de una década ha sido aclarado: los restos óseos de un pie hallados hace 16 años en Etiopía no pertenecen a la célebre Lucy, sino a otra especie, lo que indica que el árbol genealógico humano es más complejo de lo que se pensaba.

Investigadores han confirmado que el denominado “pie de Burtele” corresponde a Australopithecus deyiremeda, un pariente antiguo y enigmático de Lucy, lo que reaviva la discusión sobre cuáles fueron los verdaderos ancestros de los humanos.

El misterio del pie de Burtele

El descubrimiento se produjo en el yacimiento de Woranso-Mille, en la región de Afar, Etiopía, donde un equipo de paleoantropólogos liderado por Yohannes Haile-Selassie recuperó ocho huesos fosilizados de un pie con rasgos humanoides.

Desde su hallazgo surgió la interrogante principal para la comunidad científica: a qué especie pertenecía ese pie. La respuesta, llegados los nuevos análisis y dataciones, tardó 16 años en concretarse y ha generado gran interés en la academia.

A simple vista, el “pie de Burtele” mostraba una apariencia en parte humana pero con rasgos singulares: el dedo gordo era oponible y recordaba más al de simios arborícolas que al de homínidos bípedos como Lucy, lo que implicaba capacidad de agarre en ramas.

“No es habitual en nuestro campo nombrar una especie basándonos en elementos postcraneales, por lo que esperábamos encontrar algo por encima del cuello que estuviera claramente asociado con el pie”, señaló Haile-Selassie en declaraciones reproducidas por National Geographic.

Durante años la falta de cráneo, mandíbula o dientes impidió una identificación precisa. Recientes hallazgos de dientes fosilizados y fragmentos de mandíbula, encontrados en la misma capa y datados entre 3,5 y 3,3 millones de años, permitieron confirmar que tanto el pie como esos restos dentales pertenecen a A. deyiremeda.

Dos homínidos, un mismo paisaje: la coexistencia de Lucy y deyiremeda

El hallazgo es relevante porque demuestra que Lucy (Australopithecus afarensis) y A. deyiremeda convivieron en tiempo y espacio. “La existencia de especímenes como el pie de Burtele indica que hubo múltiples maneras de caminar sobre dos piernas; no hubo una única forma hasta mucho más tarde”, afirmó Haile-Selassie.

Esta coexistencia apunta a un relato evolutivo más diverso, en el que varias formas de homínidos compartieron hábitats y posiblemente compitieron en las sabanas y bosques africanos.

Las diferencias anatómicas y ecológicas entre ambas especies ayudan a explicar cómo pudieron ocupar el mismo territorio sin competir directamente por los mismos recursos. Lucy y sus parientes se movían principalmente por llanuras y tenían una dieta mixta de frutos, hojas y hierbas; en cambio A. deyiremeda residía en áreas más boscosas y dependía en mayor medida de alimentos obtenidos en árboles y arbustos.

Una característica notable del pie de Burtele es la combinación de rasgos primitivos y modernos: el dedo gordo oponible sugiere adaptación a la vida arbórea, mientras que el resto del pie y su arquitectura permiten la locomoción erguida en el suelo. Además, el empuje para caminar parece provenir sobre todo del segundo dedo, un mecanismo distinto al observado en Lucy.

Estas variaciones en la manera de desplazarse muestran que la bipedestación temprana no fue única, sino que se manifestó de diferentes formas. El hallazgo obliga a reconsiderar la idea de una evolución lineal y ofrece pistas sobre el comportamiento y la ecología de los primeros homínidos.

Una nueva especie y un debate abierto

La atribución del pie de Burtele a Australopithecus deyiremeda se considera uno de los avances recientes más importantes en paleoantropología. Los investigadores presentaron además 13 fragmentos adicionales de mandíbula y dientes, todos provenientes de la misma unidad geológica, lo que refuerza la asociación entre los restos.

No obstante, la clasificación de deyiremeda suscita preguntas. Algunos especialistas opinan que la conexión entre el pie y los restos dentales podría ser circunstancial y plantean que deyiremeda podría representar una forma intermedia entre Australopithecus anamensis y A. afarensis. “Las características dentales atribuidas a ‘deyiremeda’ muestran similitudes tanto con ‘A. anamensis’ como con ‘A. afarensis’”, explicó Leslea Hlusko, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos.

¿Es deyiremeda una especie independiente o una variante dentro del género Australopithecus? Por el momento, la visión predominante es que la evolución humana no se reduce a una línea recta, sino que se asemeja a una red ramificada con múltiples trayectorias y especies coexistiendo y adaptándose a distintos nichos.

En medio del debate, los autores del estudio publicaron en la revista Nature que el panorama de la evolución humana está lejos de estar completo y que las discusiones continúan abiertas.

Este hallazgo no solo reactiva el interés por los orígenes humanos, sino que también demuestra que aún faltan piezas clave por descubrir en el rompecabezas evolutivo.

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