Scarlett Johansson reiteró su apoyo a Woody Allen en una entrevista con The Telegraph, manteniendo una postura que ya había expresado en 2019.
Al preguntarle si había sufrido represalias por su respaldo al director, la actriz respondió: “Supongo que es difícil saberlo. Nunca se sabe cuál es exactamente el efecto dominó”.
Conocida por sus papeles en la saga de Marvel y por haber trabajado con Allen en varias películas entre 2005 y 2008, Johansson afirmó que su posición se basa en principios personales adquiridos desde la infancia.
“Mi mamá siempre me animó a ser yo misma y a tener integridad, a defender aquello en lo que crees”, declaró la actriz al medio británico.
En la conversación también dijo que con los años ha aprendido a evaluar cuándo corresponde hablar: “Creo que también es importante saber cuándo no es tu turno. No quiero decir que debas callarte, sino que a veces simplemente no te corresponde. Y eso es algo que he entendido más al madurar”.
El apoyo de Johansson a Allen persiste pese a la polémica en torno a las acusaciones de abuso sexual formuladas por su hija adoptiva, Dylan Farrow, durante la relación entre Mia Farrow y el cineasta.
Esas denuncias, recogidas por The New York Times en 2014 y relacionadas con hechos que salieron a la luz en 1992, no desembocaron en cargos judiciales; sin embargo, un fiscal de Connecticut señaló que había “causa probable” para abrir un proceso.
Allen ha negado repetidamente las acusaciones.
Tras el auge del movimiento #MeToo y el distanciamiento de varios intérpretes, Johansson mantuvo conversaciones directas con Allen sobre las alegaciones.
“He sido muy directa con él, y él es muy directo conmigo. Él mantiene su inocencia y yo le creo”, dijo en 2019 a The Hollywood Reporter, y añadió que volvería a trabajar con Allen “en cualquier momento”.
Consultada nuevamente por The Telegraph sobre si su postura había tenido consecuencias profesionales, repitió que es difícil medir el impacto exacto: “Nunca sabes cuál es el efecto dominó exactamente”.
La actriz defendió su coherencia con los principios personales frente a presiones externas: “Es importante tener integridad y defender aquello en lo que crees”.
El documental de HBO Allen v. Farrow (2021), en el que Mia y Dylan Farrow relatan sus versiones, provocó nuevas críticas hacia el director; Allen y su esposa, Soon‐Yi Previn, rechazaron la versión presentada en la serie.
A pesar del alejamiento de buena parte de la industria, algunos artistas como Anjelica Huston, Alan Alda y Javier Bardem manifestaron apoyo al cineasta.
En septiembre de 2025, Allen comentó su situación en una conversación con The Wall Street Journal, expresando sorpresa por la aceptación pública de las acusaciones: “Lo que siempre me sorprende es la disposición de la gente para aceptar esta historia”, declaró.
La narrativa del Holocausto en la película de Scarlett Johansson
La entrevista con The Telegraph también abordó los retos que enfrentó Johansson al debutar como directora con Eleanor the Great, un filme sobre una mujer mayor que finge ser superviviente del Holocausto.
Según la directora, durante la preproducción uno de los financiadores le exigió eliminar cualquier referencia al Holocausto del guion y amenazó con retirarse si no se suprimía ese elemento central.
Johansson explicó que la objeción no fue a detalles logísticos —como localizaciones o calendarios— sino a la propia naturaleza de la historia: “Simplemente dijeron: ‘Esto es un problema’”, relató.
Al negarse a cambiar el núcleo narrativo, la directora provocó la salida del patrocinador y una reducción en el financiamiento, pero el proyecto siguió adelante cuando Sony Pictures Classics aseguró la distribución.
La trama de Eleanor the Great, protagonizada por June Squibb como una viuda judía que por error se integra a un grupo de sobrevivientes y decide mantener la mentira, se mantuvo gracias a la firmeza de Johansson.
La nominada al Oscar calificó la presión como “realmente impactante” y expresó su decepción por la postura del financiador, a la vez que reconoció que la intervención del distribuidor fue decisiva para completar la película.
Johansson concluyó que el núcleo del filme es confrontar “la peor mentira posible” y que no habría sustituido la referencia al Holocausto por otro recurso narrativo.
