Los equipos de emergencia continúan buscando sobrevivientes y recuperando cuerpos tras las devastadoras inundaciones y deslizamientos de la semana pasada, que dejaron cientos de víctimas en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia.
Las fuertes lluvias monzónicas inundaron amplias zonas y provocaron deslizamientos, causando al menos 1.230 muertes y dejando a más de 800 personas desaparecidas, según los balances oficiales: 659 fallecidos en Indonesia, 390 en Sri Lanka y 181 en Tailandia.
En Indonesia, la isla de Sumatra es la más afectada. Rescatistas enfrentan dificultades para acceder a aldeas porque carreteras y puentes fueron arrasados. Las autoridades informan de al menos 475 desaparecidos y han desplegado helicópteros y embarcaciones, aunque el mal tiempo y la infraestructura dañada ralentizan las operaciones.
En Sri Lanka, equipos de rescate dirigidos por militares buscan a 352 personas desaparecidas tras las inundaciones y aludes vinculados al ciclón Ditwah, señaló el Centro de Gestión de Desastres. El acceso está restringido por carreteras bloqueadas y puentes colapsados.
En Kandy, muchos residentes carecen de agua corriente y dependen de agua embotellada obtenida de manantiales. Las autoridades advierten que la situación podría agravarse debido al pronóstico de nuevas lluvias.
En el sur de Tailandia comenzaron las labores de limpieza tras inundaciones que afectaron a más de 1,5 millones de hogares y a unos 3,9 millones de personas. Las autoridades trabajan para restablecer servicios básicos e infraestructura dañada.
El Ministerio del Interior de Tailandia anunció la apertura de cocinas públicas para proveer alimentos calientes a los afectados. Además, el gobierno informó que distribuirá un primer paquete de compensación de 239 millones de baht (unos 7,4 millones de dólares) a 26.000 personas.
Riesgo de escasez de alimentos
La interrupción de las vías de transporte ha causado faltantes incluso en zonas no directamente inundadas, afectando el suministro de bienes esenciales.
En Dolok Sanggul, al norte de Sumatra, residentes reportaron largas colas para repostar combustible y noches durmiendo en vehículos ante la escasez de gasolina.
“Cuando estábamos a punto de entrar en la gasolinera, se acabó el combustible”, relató una persona local.
Organizaciones humanitarias alertan que los mercados locales se están quedando sin provisiones y que los precios han aumentado considerablemente.
La ONG Islamic Relief advirtió que las comunidades en Aceh enfrentan un grave riesgo de escasez de alimentos y hambre si no se reabren las rutas de suministro en los próximos siete días.
Un envío de 12 toneladas de alimentos transportado en un buque de la marina indonesia estaba previsto para llegar a Aceh el martes como parte de las ayudas.
Los supervivientes describen la llegada de enormes olas de agua que sorprendieron a la población.
En el este de Aceh, Zamzami relató que las inundaciones fueron “imparables, como una ola de tsunami”.
“No podemos explicar lo grande que parecía el agua, era realmente extraordinario”, dijo el hombre de 33 años, que, como muchos indonesios, usa un solo nombre.
(Con información de AP y AFP)


