1 de diciembre de 2025
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Fin de los combustibles fosiles en la COP30

En Belem, donde el rio Amazonas se extiende entre selva y comunidades, se celebra la COP30.

En ese epicentro de la crisis climatica, miles de personas participaran en lo que se denomina un “funeral de los combustibles fosiles”. No se trata de una metafora teatral sino de una accion publica destinada a advertir sobre la necesidad de cambiar el modelo energetico actual.

La base fisica del problema es clara: la quema de petroleo, gas y carbon libera gases de efecto invernadero que aumentan la temperatura global. Esa relacion no es objeto de debate cientifico; es un principio fisico que describe como la acumulacion de esos gases altera el clima.

Las consecuencias ya son perceptibles: inundaciones que arrasan ciudades, sequias que afectan cultivos, incendios forestales y tormentas mas intensas que golpean comunidades costeras y rurales. Muchos de estos fenomenos estan vinculados al cambio climatico y se intensifican a medida que aumenta la concentracion de gases en la atmosfera.

Historicamente, los combustibles fosiles impulsaron la industrializacion y el desarrollo. Hoy, sin embargo, mantener ese modelo implica sostener una forma de progreso que resulta cada vez menos compatible con limites ambientales. Las energias renovables han avanzado rapidamente: son competitivas en costo, mas seguras en terminos sanitarios y tienen un potencial amplio de descentralizacion. La instalacion de energia solar ha crecido de forma exponencial y varios paises de America Latina ya generan gran parte de su electricidad a partir de fuentes limpias.

Aun asi, la region enfrenta una paradoja: exporta recursos fosiles y, en muchos casos, importa combustibles procesados a mayor precio. Esa dinamica es economicamente ineficiente, ambientalmente insostenible y socialmente injusta. America Latina cuenta con condiciones para liderar una transicion energetica, pero para ello debe dejar de aceptar un papel de proveedor sacrificado.

La comunidad cientifica advierte que no pueden autorizarse nuevas grandes explotaciones de hidrocarburos si se quiere evitar un calentamiento irreversible. A pesar de ello, en varios paises persisten subsidios y politicas que favorecen a los combustibles fosiles. Cada ano de retraso en las transformaciones necesarias amplifica los impactos futuros.

El “funeral” propuesto no es un acto de nostalgia sino una llamada a la decision politica: la tecnologia para una transicion existe, la cuestion es politica y requiere voluntad para implementar cambios estructurales.

Los gobiernos reunidos en la COP30 deberan optar entre proteger la vida y los bienes comunes o priorizar intereses vinculados a un modelo energetico con perspectivas limitadas. La eleccion que se haga tendra consecuencias directas sobre la vulnerabilidad de sociedades y territorios.

La manifestacion en Belem pretende ser el inicio de una transicion impulsada desde los territorios, un llamado a priorizar la vida, la justicia climatica y la soberania energetica. Lo que esta en juego no es solo el planeta en abstracto, sino la capacidad de las comunidades para seguir habitandolo con seguridad y dignidad.

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