El partido de centroizquierda Democratas 66 (D66) inicio conversaciones con la democristiana Llamada Democrata Cristiana (CDA) para elaborar una hoja de ruta que permita la formacion de un nuevo Gobierno en los Paises Bajos. Dos semanas despues de ganar las elecciones legislativas, los liberales progresistas de Rob Jetten dieron el primer paso hacia una posible coalicion que busque estabilidad tras meses de fragmentacion politica.
Ante la Camara de Representantes, Jetten sostuvo que el resultado electoral reflejo una demanda de cooperacion. “Con este resultado, los neerlandeses esperan que las fuerzas politicas se tiendan la mano y no se centren unicamente en las diferencias”, dijo el lider de D66, en un intento por superar la paralisis politica que siguio a la salida de Mark Rutte tras el colapso de su cuarta coalicion en julio de 2023.
El objetivo inmediato de D66 y el CDA es redactar un documento comun que aborde los principales retos del pais: la crisis de vivienda, las emisiones de nitrogeno que afectan al sector agricola, la politica de asilo, la inversion publica, la defensa y el equilibrio presupuestario. Se preve que otras fuerzas parlamentarias puedan sumarse despues para asegurar una mayoria estable en un Parlamento dividido.
La Camara designo al alcalde de Leeuwarden, Sybrand Buma, como representante del CDA, y al exministro de Asuntos Economicos Hans Wijers por parte de D66. Ambos tienen de plazo hasta el 9 de diciembre para presentar una propuesta que establezca los pilares del nuevo Ejecutivo.
Jetten describio las prioridades del programa: construir viviendas, garantizar una educacion de calidad, promover un entorno saludable, aplicar una politica migratoria justa e invertir en una economia basada en la innovacion.
Estas negociaciones se producen tras el trabajo exploratorio del exviceprimer ministro Wouter Koolmees, encargado de sondear posibles alianzas entre partidos. Koolmees, que fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales entre 2017 y 2022, advirtio que intentar formar de inmediato una coalicion mayoritaria conllevaria un “alto riesgo de fracaso” y considero que harian falta al menos cuatro partidos para asegurar una mayoria funcional.
La fragmentacion del panorama politico neerlandes sigue siendo un obstaculo importante. El Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), de centroderecha, descarto cualquier alianza con la union del Partido del Trabajo y los Verdes (GL/PvdA), que representa al bloque socialdemocrata y ecologista.
Esa negativa redujo las combinaciones posibles y complico el proyecto de Jetten de formar un gobierno amplio con fuerzas progresistas y moderadas. Aun asi, D66 subrayo la necesidad de una direccion clara para afrontar la transicion ecologica y promover el crecimiento economico en un contexto de inflacion, presion migratoria y tensiones en el campo.
El equilibrio entre sostenibilidad ambiental y disciplina fiscal emergio como un punto central del debate. Mientras el CDA reclamo garantias de prudencia fiscal y apoyo al sector agricola, D66 defendio la reduccion de emisiones y la inversion verde como motores de la economia futura.
Los Paises Bajos, una de las economias mas prosperas y densamente pobladas de Europa, encaran una nueva fase de negociaciones prolongadas, algo recurrente en la ultima decada. La posibilidad de que D66 y el CDA lideren la formacion de un gobierno podria redefinir el equilibrio politico neerlandes y marcar el rumbo de su politica climatica, economica y europea en los proximos anos.


