El cartel pegado en la entrada del supermercado VEA de Castelar marcó el final. “Estimados clientes: les informamos que esta sucursal cerró sus puertas. Agradecemos su preferencia durante estos años”. Con ese mensaje, el local de la avenida Estanislao Zeballos 3154 dejó de funcionar. Lo mismo ocurrió en la sucursal de Moreno, donde el grupo Cencosud decidió no renovar el contrato de alquiler y cerrar el espacio.
En total, unos 80 trabajadores quedaron sin empleo. Según fuentes gremiales, parte del personal recibió la indemnización completa y otros fueron reubicados en distintas empresas del mismo grupo.
Una de las empleadas despedidas expresó su enojo por el modo en que se comunicó la medida. “La verdad que sé que somos un número dentro de Cencosud, pero el manejo que tuvieron con nosotros no estuvo bueno. Nadie tuvo los huevos para venir a informarnos lo que estaba pasando, fue horrible. Solo la delegada nos dijo ‘cerramos’. Y así fue, ayer fue el último día de ambos locales”, contó.
Desde el Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines de Zona Oeste (SEOCA), su tesorero Hugo Pintos describió una situación crítica. “Por ahora se pudo resolver sin conflicto sindical. De todos modos, el panorama es muy desalentador: nosotros tenemos a los cajeros entre nuestros afiliados en el gremio y tenemos en claro que la facturación bajó mucho por la caída estrepitosa de consumo”, señaló.
La caída de ventas en los supermercados del grupo promedió el 30% respecto del año pasado, de acuerdo con los datos que manejan los delegados sindicales. A eso se sumó el aumento de los costos fijos y de los alquileres, un factor que —según la empresa— resultó determinante para cerrar el local de Moreno.
El cierre de las dos sucursales no fue un caso aislado. En el sector comercial advierten que varias firmas medianas y grandes evalúan medidas similares por la pérdida de rentabilidad y el derrumbe de la demanda. Desde SEOCA señalan que hay preocupación por la continuidad de otros establecimientos de la zona oeste, que ya operan con niveles de venta muy por debajo de los esperados.
Mientras el Gobierno nacional insiste con discursos de recuperación económica y promesas de inversiones, la realidad en los barrios muestra un deterioro sostenido del consumo y un aumento de los despidos en el comercio minorista. El cierre de VEA en Castelar y Moreno se transformó en una muestra clara de ese contraste.


