El sabado 8 de noviembre se realizo en Rosario un encuentro destinado a dialogar sobre un aspecto poco abordado de la realidad argentina: el papel de la Justicia entre las personas mas vulnerables. La iniciativa fue organizada por la Iglesia catolica local y conto con la bienvenida del arzobispo Eduardo Martin en la Comunidad Padre Misericordioso de la Familia Grande Hogar de Cristo, area de Adicciones de Caritas Argentina, conducida por el padre Fabian Belay con un equipo de colaboradores laicos y religiosos.
Monsenor Garcia pidio que el Poder Judicial “venga a pisar el terreno porque una cosa es el terreno y otra, los expedientes”, durante su intervencion ante un auditorio conformado por jovenes en recuperacion que actuan como acompanantes pares, exinternos que hoy coordinan programas en los Hogares de Cristo, y autoridades judiciales, incluido el presidente de la Corte Suprema de la provincia de Santa Fe. Senalo que el sistema de reclusion no prepara a los jovenes para una reinsercion positiva y advirtio sobre los altos niveles de reincidencia.
El obispo describio la realidad de los barrios populares donde trabaja: viviendas precarias, violencia intrafamiliar, consumo de drogas y prostitucion, con escasas opciones y larga distancia para acceder a tramites judiciales. Denuncio una injusticia estructural y la influencia de organizaciones narco en esos territorios, y subrayo la necesidad de restablecer redes y contactos para mejorar la respuesta institucional.
Culpables-victimas
Garcia profundizo en la distincion entre culpables y victimas en contextos de narcotrafico: mientras la Justicia tiende a ver al joven que delinque como culpable, la Iglesia lo percibe tambien como victima de condiciones sociales y de aprendizaje en la calle y la carcel. Advirtio que el peso de la ley recae sobre quienes fueron formados en esos entornos, mientras que los responsables mayores suelen quedar impunes. Senalo la necesidad de trabajar de forma conjunta para abordar esa dicotomia.
El obispo tambien destaco el temor de la comunidad: quien denuncia suele verse obligado a abandonar el barrio o la provincia. Senalo que acercar la Justicia a los barrios ayudaria a que la poblacion deje de sentirse indefensa y sospechada, protegiendo a quienes colaboran con la investigacion.
Hogares de Cristo: menos lupa y mas ayuda
Desde los Hogares de Cristo calificaron habitual que estas instituciones reciban a jovenes con problemas complejos derivados de pobreza, abuso y violencia. Pidieron que, al hacerse cargo de estas personas, no se las someta a una observacion critica permanente, sino que se les brinde acompanamiento y apoyo efectivo. El obispo reconocio la dificultad del papel judicial al tomar decisiones sobre vidas complejas y sostuvo que seria deseable que las autoridades pudieran anticipar y comprender mejor estas situaciones para trabajar en conjunto.
“Una generacion quemada”
Garcia afirmo que, aunque muchos jovenes pueden recuperarse de la adiccion, afrontan enormes barreras para reinsertarse socialmente: completar estudios y conseguir empleo estable resulta muy dificil. Planteo la necesidad de desestigmatizar a las victimas y de que los procesos sean reparadores, sin eludir la responsabilidad penal cuando corresponde. Propuso cooperacion entre la Iglesia y la Justicia para derivar y acompanar a quienes aun puedan salvarse, y reflexiono sobre el caracter familiar del problema.
Muchas voces en un aula
En el panel de testimonios intervinieron personas que relataron experiencias personales de recuperacion, vida en la calle, consumo, impacto en las familias, el paso por la carcel y el rol de la parroquia, la escuela y el deporte como factores de esperanza.
Por el Poder Judicial expusieron brevemente Anibal Pineda (juez de la Camara Federal de Rosario), Santiago Bereciartua (Ministerio Publico de Defensa de Santa Fe), Franco Carbone (Ministerio de la Acusacion de Santa Fe), Daniel Erbetta (ex presidente de la Corte Suprema de Santa Fe), Roberto Falistocco (presidente actual de la Corte Suprema de Santa Fe) y Alejandro Slokar (juez de la Camara de Casacion Penal). Ademas asistio Julio Marcelo Conte-Grand, Procurador General de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, quien viene promoviendo la creacion de oficinas judiciales en barrios de alta vulnerabilidad en La Matanza.
Estos “Dialogos por una Justicia Humana”, impulsados por la Mesa de Integracion de los Barrios Populares de Caritas Argentina y la incipiente Pastoral Judicial, cuentan con la participacion de monsenor Eduardo Garcia, monsenor Oscar Ojea y monsenor Marcelo Colombo. Se trata de iniciativas nacientes que esperan replicarse en otras ciudades y provincias, en colaboracion con las iglesias locales, para transformar declaraciones en acciones concretas que beneficien a las comunidades.


