El histórico local de Alem y Moreno cerró sus puertas tras casi 50 años de actividad. Sus propietarios atribuyeron la decisión a la imposibilidad de afrontar los costos en el actual contexto económico, marcado por la recesión y la pérdida del consumo.
La tradicional pizzería La Jirafa, ubicada en la esquina de Alem y Moreno y presente en la ciudad desde 1975, anunció el cese definitivo de su actividad y dejó un comunicado en la vidriera que generó consternación entre vecinas, vecinos y clientes de larga data.
Conocida como un punto de encuentro familiar que mantuvo su identidad y atención durante décadas, la pizzería informó que el sábado 22 de diciembre será su último día. En el texto los dueños agradecen a quienes acompañaron el negocio durante casi medio siglo y explican que la decisión también responde a la intención de “seguir creciendo junto a nuestros hijos en otra etapa”, además de las dificultades económicas.
El cierre se produce en un momento delicado para el sector gastronómico y comercial. Desde la asunción de Javier Milei, la fuerte recesión, los aumentos de tarifas y la caída del poder adquisitivo empujaron a numerosos comercios de la región a reducir horarios, achicar planteles o directamente bajar la persiana. Quilmes registra la misma tendencia: la merma del consumo se percibe en los corredores comerciales y los costos de alquiler y servicios complican la continuidad de locales históricos.
La Jirafa se suma a otros comercios de Quilmes que no pudieron sostenerse frente a la combinación de inflación, baja de ventas y subas desreguladas en costos básicos. La imagen de una pizzería tradicional detrás de una reja baja y un cartel en la vidriera resume una situación que repercute en las vecinas, los vecinos y el tejido económico local.
Para despedirse, La Jirafa ofrece este fin de semana descuentos especiales a sus clientes. Para muchas personas de Quilmes representa la despedida de un clásico que acompañó casi cinco décadas de historias locales.


