La derrota de Fuerza Patria en Morón desató un fuerte pase de facturas dentro del oficialismo local. En el espacio que responde a Martín Sabbatella, las miradas se dirigieron hacia el intendente Lucas Ghi, a quien acusaron de haber desmovilizado la estructura territorial y de no sostener el trabajo político durante la campaña. “Cristina tenía razón, no había que desdoblar”, lanzó la diputada nacional Mónica Macha, una de las principales referentes de Nuevo Encuentro, en un mensaje que buscó explicar el mal resultado, pero también marcar responsabilidades.
Desde el sabbatellismo señalaron que la estrategia de separar los comicios debilitó al oficialismo, sobre todo en distritos donde el voto kirchnerista suele tener un peso decisivo. “Cuando hablamos de construcción política y de pensar y anticipar escenarios, hay compañeras y compañeros que tienen un recorrido y una experiencia, y entonces es hasta suicida no escucharlos. Y esto Cristina lo viene diciendo desde el principio: era mejor una elección unificada, que sea un único puño el que pega”, afirmó Macha ante la militancia, en clara alusión a la decisión del gobernador Axel Kicillof.
El mensaje tuvo una doble lectura. Por un lado, cuestionó la estrategia electoral provincial. Por otro, funcionó como advertencia hacia el propio Ghi, cuya relación con el núcleo duro de Nuevo Encuentro se deterioró desde hace meses. En La Bartolina, la sede política del sabbatellismo, el clima posterior a la elección fue de autocrítica, pero también de enojo con el intendente, a quien acusan de haberse distanciado del proyecto original que compartía con Sabbatella.
El resultado en Morón expuso esa fractura. Mientras La Libertad Avanza creció con fuerza en sectores populares, Fuerza Patria retrocedió en barrios donde el sabbatellismo había mantenido una presencia territorial histórica. La lectura interna fue tajante: sin coordinación, sin unidad y con una gestión municipal sin impacto político, el resultado era inevitable.
Macha profundizó la crítica durante su discurso en el búnker. “No solamente fue suicida, sino es muy tonto no darle pelota a una mujer que gobernó la Argentina dos veces, que tiene un recorrido, que es la lideresa más importante de la región. Estas son las consecuencias también”, dijo frente a la militancia, en un tono que combinó frustración y desafío.
El sabbatellismo se prepara ahora para una nueva etapa en la oposición local, con Macha próxima a asumir una banca en el Senado bonaerense. En ese espacio anticipan un reordenamiento interno y advierten que la derrota en Morón no fue solo producto del desdoblamiento, sino de una conducción política que perdió conexión con su base.
En los próximos meses, la relación entre Ghi y el sector que conduce Sabbatella será una incógnita. Pero, a juzgar por el tono de las declaraciones, el mensaje fue claro: en Morón, la derrota tuvo nombre y apellido.


